ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-Los hechos deplorables ocurridos en La Corregidora de Querétaro en el partido de fútbol entre Gallos y Atlas, no se trató de una bronca entre aficionados por una mala decisión arbitral o por una causa que trajera un efecto desproporcionado, o por el problema que ha embargado al fútbol mexicano por los mal llamados grupos de animación que no son más que sectores de asistentes con privilegios que acuden para apoyar a un equipo como lo hacen las llamadas "barras" en el fútbol sudamericano que tanto problemas delincuenciales y violentos han desatado. Independiente de los problemas de seguridad y del involucramiento del crimen organizado y del lavado de dinero entre otras mafias en el fútbol mexicano, lo ocurrido en el estadio queretano tiene otros tintes diferentes a la inseguridad que presentan los estadios de fútbol en México y a lo violento de sus asistentes. Las agresiones de supuestos aficionados de Querétaro a aficionados atlistas, y las irregularidades de seguridad que ahí se presentaron, se dibujan como una acción planeada cuyos fines de desestabilización y empoderamiento del terror, aún son desconocidos y que se mezclan entre la problemática del fútbol, entre la deficiencia de las autoridades y la corrupción de su gobernantes, que forman también parte de una mafia política y sin calidad moral para enfrentar a la delincuencia. La solvencia moral en el gobierno del Estado de Querétaro ha quedado medida con su reporte en donde asegura no hay por el momento, víctimas mortales de esta posible emboscada y cuya reacción es de credibilidad nula, por parte de los aficionados, del gremio periodístico, de la sociedad y hasta de gobiernos de otros Estados. La desafiliación del club Gallos Blancos del Querétaro de la Liga MX es una posibilidad asentada de los directivos del fútbol mexicano, no porque estén convencidos de cortar de raíz con la posible repetición de estos actos, sino porque el equipo perjudicado no es de los poderosos, porque de tratarse de un equipo como Chivas, América, Tigres, Monterrey, el mismo Cruz Azul en el que se descubrió manejos oscuros por el tan "respetado", Billy Alvarez, u otro club de mayor poderío financiero y político, harían que la palabra desafiliación no estuviera puesta sobre la mesa, en la determinación de reducir clubes que probablemente pueda plantarse en la junta de consejo de la FMF del próximo martes. El terrorismo que está estacionado en el territorio mexicano y que no ha sido reconocido por las autoridades federales porque podría provocar un riesgo a la soberanía nacional ante los imperios históricamente invasores que se autonombran como acomedidos policías del mundo; solamente podrá combatirse con la purificación del Estado mexicano ante la recuperación moral de su gobierno y de su población, con el fin de establecer el orden jurídico y el comportamiento social, en la recuperación de lo que hoy sigue siendo un estado fallido, por lo que se debe encontrar el fortalecimiento de una nación en la cual, primero se pueda distinguir quienes son los malos y los corruptos y quienes son los buenos y los honestos, y segundo, con el panorama limpio y claro, poder analizar cada fenómeno, cada hecho y propiciar la solución más honesta y adecuada para curar el mal de cada circunstancia, y que de esta manera se pueda aplicar del cumplimiento de la ley por parte de quien simplemente ya no la viola y de quien tiene la obligación de hacer que no se viole.