No
han perdido el dinero pero tampoco quieren perder el poder, por tal razón, los
dueños del equipo de fútbol Dorados que
es la familia Hank, quieren atraer la atención de la masa "con pan y circo" o
mejor dicho con PRI y circo; ante el
derrumbe del partido en el poder, en las urnas, ante la arrolladora morenista. La estrategia es llamar a una figura de peso internacional como Diego Armando Maradona para dirigir al equipo de una liga de ascenso que no va a tener
esta temporada ascenso, por lo que más que la ambición deportiva; la estrategia
se basa en la ambición política de una familia quien por años ha sido priísta y que teme perder peso político en Sinaloa.
El club mexicano se ubica en el antepenúltimo lugar de la liga de ascenso con
tres puntos y ahora tendrá para incluir en la nómina, a la máxima figura del
fútbol mundial, gasto que solamente podría asumir los equipos más grandes de la
primera división. Es evidente que por su parte, el argentino aterrizará a México por una situación financiera sin importar la mediocridad del equipo o las características de su sede. Con lo que respecta a lo deportivo; al fútbol mexicano le viene bien, ser un aparador iluminado con la luz de neón de Maradona. Como también le vendrá bien a la familia Hank que en estos tiempos de cambios políticos, tengan el agrado de los sinaloenses, cuando durante el sexenio peñista, Carlos Hank Rhon y su hijo han consolidado su imperio y
hoy son los principales acreedores de la deuda de los gobiernos municipales,
estatales y del federal; sin contar que se han adjudicado millonarios contratos de
obras y de seguros. por lo que pagar el sueldo del Dios Argentino, es como contratar a un taquero para una primera comunión.