Que se acaben las partidas presupuestales para apoyar a medios informativos y que estos busquen sus recursos por medio de patrocinios, así como que los que se dicen líderes de opinión, adviertan al público su preferencia o compromiso político y no se oculten de imparcialidad, así como la no censura; son los puntos que el nuevo gobierno lopezobradorista quiere dejar en claro, al tener la calidad moral para evaluarlo y no como anteriores gobiernos, que llegaban solapados por las televisoras y diarios, quienes ante lo evidente, eran capaces de negar hasta los fraudes electorales y servir como medios de condicionamiento y no de comunicación. La sola propuesta de acabar con los medios fifís, como los ha llamado el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ya ha irritado a aquellas empresas de comunicación y a sus voceros en el micrófono, quienes en ejercicio de la guerra mediática, aún sin tomar funciones en la presidencia, ya culpan al que será el nuevo gobierno, de las desgracias que vive el país en la administración peñista. Jesús Ramírez, vocero del presidente electo Andrés Manuel López Obrador,
aseguró que el próximo gobierno que encabezará el político tabasqueño será
respetuoso de la libertad de expresión y, aseguró que, no habrá
censura de parte del gobierno.Pero también se pronunció para que los intereses
de los medios de comunicación privados se hagan públicos, pues acusó que existe
un sesgo informativo, y en este sentido defendió las críticas hechas por López
Obrador a los medios de comunicación, en el sentido que hay medios que lo
atacan, y acusó que “no hay neutralidad total”.