Como prostituta tempranera, el todavía Gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, dejó encargado su despacho de Morelia que cada vez más huele a preso, para acudir a la CDMX y plantarse con todo y banco, como si fuera a realizar un trámite catastral en su Estado, para esperar al Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador afuera de la puerta de Palacio Nacional para entregarle supuestas pruebas de que las elecciones michoacanas sufren de nulidad , al haber estado involucrado en éstas, el crimen organizado. El priprdpanista quien se ha manifestado a favor de la división de poderes y el respeto entre ellos, y que se ha alzado el cuello al decir que "es un hombre de leyes y de Instituciones", resulta que o está muy nervioso al grado de equivocarse de ventanilla, o es un provocador traicionero o simplemente es un ignorante, al querer denunciar las supuestas narcoelecciones a una autoridad que no es competente, como en su caso sería el tribunal electoral o la Fiscalía General de la República.Sin embargo el titular del ejecutivo federal que está muy ocupado, sólo se enteró de su visita porque en conferencia de prensa, los medios se lo comunicaron, a lo que el presidente le aconsejó al gobernador que supuestamente era experto en narcotráfico, que mejor fuera con el órgano jurisdiccional competente. Y es que a Aureoles le preocupa mucho que tome protesta el nuevo gobierno en Michoacán y descubra sus corruptelas que no puede ocultar ni por debajo de la alfombra.Más en www.somoselespectador.blogspot.com
