Después del secuestro a las relaciones internacionales de México por parte de lacayos del imperialismo como Vicente Fox, Calderón y Peña Nieto; es que la revolución electorera y de transformación del presidencialismo y la administración pública en México, vuelven a romper cadenas para tomarse de la mano con la identidad latinoamericana que despierta ante el rotundo exceso y fracaso neoliberalista. La esclavitud económica capaz de atropellar cultura e ideología ahora quiere también adjuntarse con la manipulación de la necesidad médica, ante la despiadada actitud del súper imperio ante esta pandemia, y la siempre resistencia digna de América, en donde su hermano mayor que ha sido México, estaba denigrado en su gobierno para ser un cachorro del imperio. La prolongación de patria difícilmente se encuentra en el reproche a las raíces y a la adopción de un estilo de vida al servicio propagandista de un amo manipulador,conquistador, desechable, bélico, extorsionador, embargista y atropellante, con una caña de pescar que en el anzuelo lleva un billete doblemoralista. El fracaso capitalista y su magna dimensión neoliberalista que ha traído carencia aspiracional y limitaciones a quienes piensan estar en libertad, y a los abusos de gobiernos, quizá resulten tan desiguales y abusivos como los gobiernos del régimen socialista, solamente que mayormente intervencionistas e hipócritas. El actual gobierno mexicano de recuperación de la dignidad nacional ante transacciones comerciales que clavaban la bandera que marca tierra de conquista, ha cambiado el discurso de cara a su sangre latinoamericana, de aquel "comes y te vas", ahora por la declaración pronunciada en medio de otro capítulo de la crisis cubanaestadounidense, por parte del Presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que se debe decir adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos; y se debe aplicar en cambio, lo principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias, bajo la inspiración de la resistencia cubana cual Patrimonio de la Humanidad. Y lo más importante, reconocer a la OEA como un órgano lacayo del sistema imperialista, así como también reconocer la necesidad estrátegica de lograr un equilibrio y no la hegemonía de ningún país del continente, respeto al derecho ajeno y a la independencia de cada país, en base al fortalecimiento económico y comercial de América del Norte y de todo el continente, de una manera eficiente y creativa, para la competencia regional ante el resto del mundo. Tal cual, era la visión de Miguel Hidalgo, con la expresión emitente de voz, de "Viva Las Américas". Más en www.somoselespectador.blogspot.com