Sin público se está realizando la inauguración de los Juegos olímpicos de Tokio 2020 que se viven en el 2021, en donde ahora más que nunca tiene mayor peso el mensaje de que lo importante no será ganar sino competir, que antes de la pandemia, parecía ser superado ante la no mediocridad competitiva y que ahora es una manifestación de unidad solidaria que vuelve a tomar sentido. Las butacas huérfanas y la semi oscuridad del estadio japones sede de esta apertura, contrasta con la alegría y la pasión que puede brindar la masa aficionada con los ojos brillantes de la ilusión, que pueden reflejar la frustración de la pérdida o la alegría de la victoria, que es un espejo en una tribuna.Más en www.somoselespectador.blogspot.com