viernes, 16 de noviembre de 2018

SUPREMA TORPE DE JUSTICIA














La Suprema Corte de Justicia disfraza su cobardía e inoperancia  con una vestidura falsa  de valentía, después de un año de espera, para  resolver sobre la inconstitucionalidad, que es  a todas luces de la Ley de Seguridad Interior, y en donde  los magistrados que deshonran tal órgano jurisdiccional, esperaron los momentos políticos que les convenían y no su tarea jurídica, para ser hasta ahora y a días de que constituya un nuevo gobierno, que se manifiesten de manera unánime, de que dicha ley en donde se contempla la militarización del país, es contraria a la Constitución política Mexicana.   Con tal resolución se enmarca la inepta funcionalidad de la SCJN,  que es en la actualidad, un circo para  un conjunto de payasos vestidos de negro al son  que los intereses políticos le marcan,  así como un monumento al tortuguismo  y al fracaso institucional  actual. Son los órganos de justicia, los primeros que debemos recuperar del basurero  gubernamental sostenido en la corrupción  y en la incapacidad. Las actuales instituciones que están “pal Diablo”, deben ser el primer paso de un nuevo horizonte de gobierno en donde deben de mantenerse  con eficacia, sin corrupción y con plena autonomía.  Durante un año de negligencia judicial, el tema en la mesa política y mediática,  era la amnistía propuesta por un candidato a la presidencia de la República y la construcción del aeropuerto internacional de México; y no el vacío judicial  burocrátizado por flojos inoperantes y con compromisos diferentes al servicio de la nación mexicana. Eduardo Medina Mora, José Ramón Cossio Díaz, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Norma Lucía Piña Hernández, Alberto Pérez Dayán y Javier Laynez Potisek, son aquellos que quieren iluminarse históricamente,  como unos  juristas que evitaron la militarización autorizada y no son más que figuras oscuras, tal y como sus propias vestimentas y que ahora nos regalan la desactivación de una ley que ya estaba  a días de ser desactivada, con o sin el veredicto del Supremo Tribunal. El presidente de la SCJN, Luis María Aguilar,  concluyó con su debilidad mental, después de  un año, que “Votar por la invalidez total de la norma impugnada —la Ley de Seguridad Interior—, pues una ley desarticulada podría generar un mal mayor no deseado a la participación de las Fuerzas Armadas; de tal forma que, debería emitirse una nueva norma completa, integral, estructurada, que sea congruente y que dé certeza jurídica”.