Antes de que López Orador sea presidente del país; ya
comienza a recibir ataques serios y destructivos para la buena realización de su
gestión constitucional, como es el ataque de gobernadores que no quieren ser supervisados por los llamados coordinadores,
argumentando que se invade su esfera de mandatarios locales de sus Estados que
son libres y Soberanos. El malestar de los gobernadores encabezados por quien
será gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro resultan infundados y mal
intencionados, pues perfectamente saben que la seguridad, impartición de
justicia y toma de decisiones locales, -es decir aquellas que no son de competencia
federal-, la determinación la tiene el
gobernador de cada Estado, tal y como se ha venido realizando en el orden
constitucional y tal y como se realizó en el gobierno peñista, con la
diferencia, de que el actual presidente Peña, abría y abría comisiones para “chupar”
presupuesto y entregaba cartera abierta a
sus amigos de cada Estado para compartir el botín de la corrupción, y
como ejemplo está, el propio gobierno de
Jalisco en donde Aristóteles Sandoval no se metió a sus bolsillos todo el
Estado, nada más porque sus 78, 588 Kilómetros cuadrados, no le cabían.