El presidente Donald trump dio marcha atrás este miércoles a varias posturas que había mantenido durante largo tiempo, deshaciéndose en algunos casos de promesas que había hecho en campaña.Los giros comenzaron la semana pasada y afectan a posiciones de política externa e interna que Trump promovió con fuerza durante la campaña electoral.Hasta hace días, Trump estaba siguiendo el guión de la campaña (o al menos lo trataba), pero algunos de los cambios suponen un acercamiento hacia posturas más convencionales, lo que ha hace pensar que la realidad de la presidencia está cambiando a Trump.El propio Trump dijo en días pasados que "era flexible", dando a entender que puede cambiar sus opiniones según varíen las circunstancias. Y por lo que se ve, han empezado a variar. "Dije que la OTAN era obsoleta. Ya no es obsolteta", dijo el mandatario estadounidense, tras un encuentro con el líder de la alianza militar occidental. Trump explicó que ahora la OTAN está combatiendo el terrorismo, a diferencia de lo que sucedía durante la campaña. Pidió que la OTAN ayude a sus "socios" en Irak y Afganistán. Cuando durante la campaña Trump repitió en numerosas ocasiones que la OTAN no está correctamente diseñada para enfrentarse a nuevas amenazas como el terrorismo internacional.Tambien ahora ha señalado que En una entrevista a un diario internacional, Trump dijo que no calificaría a China como un manipulador de su moneda. "No son manipuladores de su moneda", dijo tajantemente Trump. El presidente explicó que el motivo de su cambio de opinión se debe a que no lo han hecho durante meses y a que no quiere poner en peligro las discusiones con Pekín para presionar a Corea del Norte. Cuando anteriormente había dicho sobre China: "cuando hablas de manipulación monetaria, de devaluación, ellos son los campeones mundiales". Su acusación la hacía en los días previos a su cumbre de Florida con el presidente chino, Xi Jinping. Esas mismas palabras las había pronunciado con frecuencia en la campaña. Según él, Pekín devalua artificalmente su moneda para abaratar el costo de sus productos y así hacerlos más baratos en EEUU que los productos fabricados en EEUU. Había llegado a prometer designar a China, en su primer día del cargo, como un manipulador de su moneda.