Medios internacionales,
Estados Unidos y otros que buscan apoderarse de los recursos de Venezuela,
propagan grandes mentiras sobre la nación suramericana. Medios
internacionales, Estados Unidos y otros aseguran que no hay libertad de
expresión en Venezuela y que el gobierno socialista ha monopolizado los medios
para silenciar la crítica en su contra CUANDO en los kioskos están diariamente
a la venta tres periódicos que son abiertamente oficialistas: Correo de
Orinoco, Ciudad Caracas y el Diario Vea. Dos son del Estado y uno es privado.
En contraste, existen cinco que son notoriamente de oposición, y son El
Nacional, Tal Cual, El País, El Universal y la revista Zeta. El diario Últimas
Noticias es considerado neutral, mientras que en la televisión se reparten por
igual: seis de oposición y seis pro-gobierno. Medios internacionales, la
Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos y políticos
mexicanos dicen que en Venezuela no hay
democracia, pero, por ejemplo, de México no dicen nada pese a que existen
muchos estados que han sido gobernados por un partido por 80 años y que la
presidencia del país ha estado bajo control del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) de Enrique Peña Nieto por los últimos 73 de 85 años.
En Venezuela al igual que en México, se
realizan elecciones periódicamente. Las más recientes fueron legislativas. La
oposición barrió adjudicándose 109 curules por 54 del partido gobernante.
Actualmente en venezuela, el control de su población es muy estricta para que
salga de su territorio y es que la intervención latente de Estados Unidos para
la manipulación de sus habitantes y el pánico generado a nivel internacional
podrían empeorar la crisis venezolana con un abandono a gran escala por parte
de sus habitantes. Cualquier país que enfrente al Imperio de Poder
Internacional, tendrá que tomar medidas severas al respecto y evitar la
filtración de enemigos a su territorio, sin embargo también los países serviles
al imperio estadounidense sufren de limitaciones para salir de su territorio o
transitar en su mismo país, ya sea por muros fronterizos o por un dominio
económico que impide se pueda visitar cualquier parte de su propio país. Las críticas
de sectores mexicanos a Venezuela pueden ser con diagnósticos certeros o no,
pero ante todo, se debe respetar la determinación de cada país y la solución
propia a sus problemas, sobre todo cuando quien emite sus opiniones tiene hecho
un desastre su propio país.