El basurero en el que se encuentra la opinadora Adela Micha, no es por como tiene su cabina, llena de alimentos sin el mayor respeto a un estudio de radio, ni porque sus acompañantes son serviles a sus órdenes y voluntades sin dignidad ni profesional ni humana; el basurero en el que se encuentra es por su aportación excremental a los medios de comunicación, en donde Adela ha protagonizado los momentos más oscuros de su historia. Como olvidar la trampa política y sin escrúpulos periodísticos en que sometió a René Bejarano sin importarle ponerlo en peligro de muerte, o la transmisión maquiavélica del linchamiento de Tláhuac, así como las entrevistas a modo a los expresidentes y sus risas de cantina con la lacra política de México, como lo son Elba Esther Gordillo, Beatriz Paredes y Rosario Robles quienes las vendía al público como ejemplo de féminas honrosas, y sus ironías junto a sus discípulos anencefálicos por la muerte de la madre de la periodista Ana María Alvarado y las burlas a su vida privada. Es Adela Micha una periodista sexoralista para la dictadura presidencialista empresarial y para el antiprogresismo, pero valiente y agresiva en el actual sexenio de libertades. Así como Micha cuida su silla en donde transmite su programa de radio en la cual nadie se puede sentar y tiene que ser forrada de plástico cuando no está Micha posada en ella, de contraria forma, ha descuidado la ética y la moralidad que se debe tener en un micrófono, cuyo último detallito es haber ordenado a su equipo que le preparara un texto que ella es incapaz de realizar, sobre la actriz Silvia Pinal que al estar hospitalizada por COVID, para ella seguramente "ya se va a morir". Pero, sobre esta nefasta actitud, ¿qué pasará con Adela Micha?.La respuesta es sencilla: nada. Porque la familia agraviada seguramente la disculpará, porque es de buen católicos perdonar y porque provienen de una misma esfera social a la de Micha, en donde el desprecio, el clasismo, la discriminación, la hipocresía, la falta de nivel educacional y académico, el materialismo, la corrupción y la inmoralidad son elementos predominantes. Por tal razón Micha escoge a sus invitados para sus pláticas amenas, como la impúdica Celia Lora, capaz de desear la muerte del Presidente López Obrador en un avionazo y pocos invitados como Ana de la Reguera que en la cara de Adela y de Loret de Mola reconoce el fraude presidencial de Felipe Calderón. Ante la falta de credibilidad que goza Micha, es que la opinadora salió de Televisa, se refugió un tiempo en su canal de internet siendo que menospreciaba los medios no tradicionales, después de no prosperar sus ruegos al actual gobierno federal para que la siguiera manteniendo con chayotes y privilegios, se refugió en el canal 34 manejado por el gobierno del Estado de México, que a la antigüita realiza tráfico de influencias sin importar la baja calidad de su canal, al grado que le compró programas repetidos y de desecho a Adela, quien ahora tiene nido en El Heraldo radio, bajo la dirección de Franco Carreño.
