< Esta es la imagen en donde Sergio Mayer toca con el brazo a Javier Ceriani en una discusión ante su insistencia de obtener una entrevista del exgaribaldi en una alfonbra roja en los Estados Unidos y por lo que el lector de chismes quiere llevarlo a la Corte gringa y de ser posible obtener una sentencia que lo condene a cadena perpetua. nada que ver con las amenazas de Ninel Conde de intimidar reporteros con demandarlos, de los gritos de Chabelo para entrevistadores, de los sobresaltos de Carmen Salinas para quienes no le brindan preguntas a modo, o aquella anécdota en que Silvia Pinal bañó a los reporteros con agua mineral, y mucho menos tiene comparación con la cachetada que Eduardo Yañez le metió a su entrevistador, el encañonamiento con pistola del guarura de Lucero a los asistentes a una conferencia de Prensa, la golpiza y robo de Livia Brito y su novio a un camarográfo o la vez que reporteros no respetaron a Araceli Arambula y se armó un zafarrancho con su equipo de seguridad, entre otros altercados entre prensa y artistas.Pero lo ocurrido entre Sergio Mayer, Issabela Camil y un conductor de programas de chismes, resulta una situación desproporcional para incluso haber llamado a la policía para que detuvieran a Mayer. la imagen en donde se descubre un jalón con el brazo o un empujón,que nosotros no apreciamos en primera instancia, no es más que un pretexto de protagonismo, que ha llegado al grado de que una respetable grafologa, caiga en el juego del amarillismo y hasta compare al exgaribaldi con un lobo rabioso, independientemente de los oscuros y deplorables antecedentes que carga Mayer.
