La dictadura presidencialista como la manera transitoria entre la herencia revolucionaria y el imperio empresarial, utilizó el control monopólico económico y mediático para el control social, situación que no resulta novedosa en el funcionamiento antidemocrático de la mayoría de los gobiernos, como tampoco la creación de artistas que con un poco de talento, sin competencia de por medio y la repetición publicitaria, pueden convertirse de bufones sociales a el gato del gato del gato del patrón con privilegios. Medio siglo de candados a cantantes masculinos en la música con Mariachi, pasaron para crear y sobresaltar a la figura televisiva que resultó Vicente Fernández, al que le bastó tener el sello deseado por los vendedores de discos, para pasar de la revelación artística al abuso empresarial. Fernández quien lanzó su primer tema grabado de la autoría de Manzanero, y que nunca fue bien visto ni por Juan Gabriel ni por José Alfredo Jiménez, quien Fernández ha calificado como el mejor compositor que ha dado México; con el apoyo de Televisa logró convertirse en el único representante masculino de la música con mariachi, adquiriendo fama, fortuna y privilegios que lo llevaron a bloquear nuevas voces mexicanas, a destruir el festival ranchero que se planeaba fuera equivalente al OTI, a presumir de sus relaciones extramaritales y a la vez presumir de esposo ejemplar para alimentar la doblemoral pública, de vetar a artistas en ascenso como Patricia Rivera quien le demandó el reconocimiento de paternidad de su hijo Rodrigo, de servir como artista alquilado en las elecciones de Estados Unidos y meses antes de su fallecimiento, burlar a los medios de comunicación quienes apagaron el escándalo de abuso sexual a una fan, al tocarle sus partes intimas y a detener las investigaciones ministeriales por lavado de dinero que nunca se concluyeron. El recuerdo y el reconocimiento del talento de Vicente Fernández llegó hasta Palacio Nacional en la voz del Presidente López Obrador quien su gobierno de manera correcta, desde las primeras horas del fallecimiento del cantante, le ofreció un homenaje de cuerpo presente en Bellas Artes sin negar el talento del cantante desleal al mercado competente, como así también, toda una generación recordará la obra de Vicente Fernández y su aportación a la música de mariachi, pero también no se puede olvidar su otro polo conductual, de abuso político y de parálisis generacional para nuestra música, en donde no resulta casual que en sesenta años solamente hayan surgido dos voces importantes en el campo de la música ranchera, que fueron Pedro Fernández y Alejandro Fernández, y que ambos hayan sido apoyados por Vicente.