Resulta mucho más difícil decirle a un proyecto que no a decir que sí, por tal razón resulta aplaudible, la determinación de Ariadne Díaz de rechazar el trabajo actoral que se le ofrecía -para la telenovela populachera-, "¿Qué le pasa a mi familia?", en donde inclusive el productor en ejercicio del despotismo, incluyó a su hijo para el proyecto. No es que Ariadne sea la última Coca Cola en el desierto, pero queda claro, que es el rostro más bello de la década, que es buena actriz y que merece mejores proyectos que aquellos que no buscan trascendencia y solamente sacar la chamba para recibir el pago de las televisoras que llenan pantalla sin importar la calidad de algunos productos. Ariadne Díaz prefiere calidad que cantidad, como lo ha hecho Ana Serradilla o Ana Claudia Talancón, quienes gracias al sacrificio constante,ocupan un lugar de mayor altura que aquellas que se mueren por salir en televisión sin importar el proyecto o que no tienen en claro,la dirección que le quieren dar a su carrera. Ariadne ha sido una actriz cuya trayectoria se ha basado en la televisión más que en el teatro o en el cine y ha demostrado que en la pantalla del control remoto, también se puede brindar una exposición aceptable aunque otros puedan subestimar al televidente. Más en www.somoselespectador.blogspot.com