El sometimiento social al que ha estado sujeta la mujer,
provocado por hombres y por mujeres, no debe rebajarse a una invitación mediática que sea flor de un día, como una forma de medir fuerzas y ganancias
políticas de oportunistas, sin resultado alguno para el día siguiente. Una sociedad que aspira a libertades e igualdades no puede recurrir a las conductas ilógicas de querer decir jefa en vez -de la
jefe-, como si los policías todos fueran mujeres por no ser los policíos; en
vez de sí luchar, por un
cambio de mayor profundidad como lo sería, un lenguaje genérico con el
uso de la "E" cuando la palabra termine en A u O; y en vez de
defender la tipificación de feminicidio, mejor defender la tipificación de "homicidio
por odio de género" en donde el tipo penal es incluyente y no defender lo
incluyente con lo excluyente. Es claro, que las mujeres tienen el derecho
legítimo de manifestarse y además les asiste la razón, pero no las formas.
Muchas no saldrán a la calle como sí se
tratara de una menor de edad mal
aconsejada y que por la protesta femenina mal entendida, se justifica hasta lo
injustificable, incluso comportarse como un porro o pandillero. La protesta de
UN día sin Mujeres, ha sido retomada por mujeres bien intencionadas que tenían planeado
no ir a trabajar sin importar su
descuento salarial, pero la mano empresarial maliciosa, les quiere facilitar
las cosas regalándoles el día, como a aquel tonto adolescente al que sus padres y profesores le han dado permiso para irse de pinta. Y es
que detrás de esta protesta sintética que es caldo de cultivo para quienes
tienen buenas intenciones, existe una
organización mal intencionada y dolosa,
por aquellos que saborean como son capaces de ordenar a las masas, para que terminen adoptando ideas ajenas como
propias y de aquellos cuya muerte de un
hijo resultó un gran negocio y recibían
dinero por parte del gobierno por manipular los índices de violencia en el país,
y que debido a su irresponsabilidad, en
México no existe un dato certero y confiable de cuántas mujeres mueren y sí el número de víctimas femeninas es mayor a la de víctimas masculinas (por no
decir "víctimos") o de niños, ya que con la lógica manipuladora, ya tendríamos que contemplar, también el delito de Masculinicidio. El terrorismo
criminal que vive México y la
resistencia del hampa apoderada de la
esfera empresarial contrasta con los más
de 30,113,483 votos en un solo sentido, por lo que ahora traman la desunión social,
política y una guerra de sexos, sin que
esto excluya de responsabilidad, a la educación escolar, gubernamental y
familiar que han roto la barrera del
respeto, principalmente en contra de las mujeres. La protesta de Un Día Sin
Mujeres en México que se quiere presumir a nivel mundial, no ha tenido réplica
en otros países y exhibe a quien protesta libertad, trato igualitario y no agresión, como una masa incongruentemente
agresiva, manipulada y que acepta dádivas
de libertad empresarial, con métodos históricamente conocidos pero
siempre ineficaces cuando se trata en realidad de una manipulación colectiva, y cuando bien sabido es, que
los paros y las marchas no son
planes de resistencia civil eficaces sino formas de debilitamiento y
frustración de la lucha con justa causa. Más en www.somoselespectador.blogspot.com