La marcha
infiltrada al movimiento feminista, demostró el poder violento del neoliberalismo y sus abundantes semillas de terror. La acciones
callejeras mezcladas entre protestas
femeninas legítimas, exhibieron como se lograban
hacer marchas sindicales, estudiantiles, antorchistas, macheteras y protestas
internacionales de derecha, por parte
del control presidencialista empresarial en el pretérito de nuestro país. El
hecho de manifestarse en contra de la
recuperación social, moral, electoral, política y económica de México, y a favor del neoliberalismo y saqueo
empresarial del patrimonio del Estado;
no tendría que ser descalificada si hablamos de un acto de libertad filosófica
por parte de las mayorías insaciables y sino
se hiciera con la cara oculta, con la
manipulación oportunista ante el frágil análisis colectivo, producto del nivel educacional de la mayoría
de los mexicanos -que hasta se dicen apolíticos-, y sin pretextar causas
legítimas para sobresaltar lo perverso. Los conservadores del régimen anterior y derechairos, dieron el
primer manotazo alertador, de que no les será suficiente la guerra sucia política y terrorista para recuperar la
presidencia del país. Vemos que hoy con un paro socioeconómico más que de protesta
de género, y ayer con un pandillerismo profesionalizado, se ha
comenzado la primera muestra de lo que
puede ser un estallido social orquestado desde la mesa empresarial,
que tiene los primeros tintes de cumplimiento de amenaza, al decir que de llegar Andrés Manuel López Obrador a la presidencia del país, sería un peligro
para México sin explicar que de eso; ellos se encargarían. En plena explosión marchista provocadora, incluso había quien supuestamente realizaba encuestas para saber qué aprobación
se le daba al presidente, lo que se reflejó, en una supuesta baja de
popularidad exprés y al calor de las
copas; del cuarenta por ciento y de un diez por ciento más de indecisos, que
predomina sobre un cuarenta por ciento
restante, en lo que sería un empate técnico
como el que nos vendieron en el fraude
del 2006 con la imposición a la presidencia de Felipe Calderón, pero sin
que ahora se nos diga, quien supuestamente se lleva esa ganancia contra-lópezobradorista;
porque nada más falta que nos digan, que es a favor de Peña, de Fox , de Calderón, de Margarita
Zavala, de Slim, de X González o de
Bernardo Gómez Martínez, el mefistofélico vicepresidente de la Empresa Televisa.
Mientras tanto el Presidente de la
República, Andrés Manuel López Obrador reconoce la lucha que se tiene que sostener en contra del
machismo pero también de la violencia
generalizada sin excluir a hombres ni
mujeres, y también insiste
en la pacificación del país y pide calma a sus adversarios, por lo que les recuerda
que tendrán la oportunidad
pacífica de revocarle su mandato, cuando
su permanencia se ponga a votación oficial como una acción ciudadana desde un principio voluntaria del actual presidente, en la cual insiste
como un acto democrático, pero también como una válvula de escape para sobre guardar su propia integridad física y su vida.