El reto que se debe asumir para la cuarta transformación del país, es prácticamente todo lo que se trataba de conquistar en el período que en la historia de México se le llama La revolución Mexicana, y no podrá efectuarse la misma, sino se comienza y termina por el aspecto laboral, que es la prioridad número uno, si López Obrador pretende ser el mejor Presidente de nuestra historia. El mandatario de izquierda, debe aprovechar la disposición de Estados Unidos, de supuestamente igualar las condiciones de la mano de obra del mercado, lo que en principio, provocó el aumento al salario mínimo mexicano que sin planeación económica, puede ser contraproducente, en razón de que aumenta el índice inflacionario. Sin embargo, así como nos llegó por obra de gracia, el respeto al voto, el aumento salarial y la conversión de las Juntas federeales de Conciliación y Arbitraje a "juzgados" de lo laboral; no podrá ser con esa inercia como se interrumpa el abuso empresarial de mayor escala y la eliminación de la jubilación por el saqueador AFORE, principal abuso legalizado de los últimos tiempos junto con el FOBAPROA. Por la vía legislativa laboral, por la vía administrativa y por la vía penal, se debe fumigar el sindicalismo mal entendido y a sus líderes podridos de corruptos, ya que, sí en verdad defendieran el derecho de los trabajadores, la simple iniciativa de ley de administrar el fondo para el retiro de los trabajadores, tuvo que ser motivo de un paro nacional, siendo que se quedaron complacientes, al igual que los comunicadores y otros sectores que ahora, simplemente, manipulan y alientan un día sin mujeres y astutamente a las buenas causas, siempre les ponen sus propios frenos de manos.