De cerca a la tragedia se mantuvo la Jefe de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien a altas horas de la madrugada, asistió personalmente a la línea 1 del metro Tacubaya y posteriormente a los hospitales, como resultado del choque de trenes del metro, en la noche de ayer, a unos minutos de que se iba a cerrar el servicio y que produjo un muerto y 41 heridos entre los que se incluyen los dos conductores del tren naranja, en lo que se registra como el más serio accidente que haya sufrido dicho transporte colectivo durante su medio siglo de vida, y que afortunadamante no resultó más grave por el horario nocturno en el que ocurrió. Sheinbaum detalló que los primeros peritajes arrojan
"que un tren que se dirigía a Observatorio tuvo un deslizamiento en
reversa y se impactó con el tren que se encontraba en Tacubaya".Agregó que
la investigación pericial que realizará una certificadora internacional y que
la Fiscalía capitalina dará a conocer, con base en los análisis del incidente,
las causas del accidente.Sobre los heridos, la jefa de Gobierno capitalina
destacó que 25 fueron atendidos en la estación y no requirieron traslado; 11
recibieron atención médica en el Sanatorio Durango, 2 en Magdalena de las
Salinas, uno en Cruz Roja, uno en Clínica Nápoles y uno en Sanatorio Roma."Todos
están fuera de peligro, con heridas leves y medias; y se le dará todo el apoyo
a sus familias. Me trasladé a las clínicas para poder hablar con los familiares
y visitar a los heridos. Estaremos informando oportunamente", concluyó. Ahora se espera el resultado nacional e internacional de lo ocurrido, en una eficaz intervención de la funcionaria pública, pero en caso de que se arroje falta de mantenimiento en el metro, esperamos que tal tragedia no sirva de pretexto para un aumento en el cobro del pasaje. El metro se ha convertido en un subestado, y en el aparador para valuar la eficacia o no del mandatario capitalino en turno. Cuando mancera, el exjefe d egobierno, subestimo dicho aparador, y no tuvo control del transporte, aumento desmedidamente su costo y saqueo las arcas del mismo, le costó ni siquiera ser candidato a la presidencia de la Repúblia, cargo que irracionalmente anhelaba.