Después de no recibir ningún apoyo en los momentos políticos más difíciles de Andrés Manuel lópez obrador por parte de la Sociedad de Autores y Compositores de México por medio de su líder Armando Manzanero, y por su notoria inclinación al gobierno peñista saqueador y a la candidatura de Antonio Meade; el presidente de México que no se presentó a la SACM como candidato, ahora lo hizo como Presidente de la República para extender su mano para los autores y compositores. Justificó en su discurso al propio Manzanero, al señalar que aveces los compositores por ganarse la vida, tienen que hacer actuaciones que no quieren hacer, como ejecutar su arte a presidentes que les pagan pero que no lo sienten, y dijo:"Yo recuerdo que leí una entrevista hace varios años que le
hicieron al maestro Armando Manzanero sobre una fiesta en la que él participó.
Tocó el piano y cantó en la boda de un presidente de un país donde se derrochó
dinero y fue notoria la extravagancia; y ese presidente gobernaba un país muy
pobre, con gente muy necesitada. Y esto lo explicó en la entrevista el maestro
Manzanero.Y salió a cantar porque ustedes, como compositores -lo hacen
también los escritores- para vivir, para obtener ingresos, muchos componen y
escriben por necesidad. Tiene un término que estoy buscando, una palabra. Por
encargo, por encargo. Y así se contrata a un artista.Entonces, muy profesionalmente don Armando sale y canta,
pero estoy seguro que no con mucha emoción, para cumplir con el contrato.Eso explica lo que ustedes son. No sólo gente inteligente,
creativa, sino también gente con mucho corazón, con mucho humanismo, alma y
corazón. Por eso me da mucho gusto estar aquí".El presidente de México llegó acompañado con su esposa, la doctora Beatriz Gutiérrez
Mueller; y la secretaria de Gobernación, doctora Olga Sánchez Cordero; así como por la secretaria de Cultura,
Alejandra, licenciada Alejandra Frausto, y a excepción de otros eventos, López
Obrador no tuvo prisa, para quedarse a comer, situación que no daban crédito los compositores, que no habían visto pararse a un Presidente en dichas comidas, mientras los priístas acostumbrados a asistir y ser el centro de la atención de las tardeadas, unos no asistieron y otros extrañaban las mesas centrales, por aquellas que se encontraban en los rincones.