El Estado de Michoacán y el estado de México parecen ser dos entidades en donde nunca pasa nada, pese a la transformación política que está viviendo el país, en estos Estados la corrupción, ineficacia y prepotencia de sus gobernadores está intacta. Con los índices de criminalidad que tiene Michoacán, su gobernador Aureoles no se preocupa por asistir a las juntas de seguridad encabezadas por el presidente de la República, pero sí está muy puesto para la fería Internacional de Turismo de Morelia, en donde se mochan varios empresarios y otros quedan rezagados cuando la mejor promoción turística que puede tener Michoacán, es la reducción de delincuencia.