miércoles, 22 de junio de 2016

SIN BODA







Por si tenía dudas, una ceremonia civil me confirmó un sentimiento que ya circulaba por mi mente: yo no me quiero casar.
No quiero firmar ningún contrato, porque eso hago cuando tengo que alquilar un departamento o cuando una empresa me llama para algún trabajo. No quiero jurar algo para toda la vida, porque no estoy en condiciones de predecir mi futuro: muchos menos de garantizar amor eterno. No por el amor, sino porque no puedo garantizar nada.
Tampoco me parece que una jueza o juez me hable de cuestiones amorosas y de convivencia con una carga moral que su cargo no trae implícita: ¿quién te creés que sos, jueza?
De cuestiones religiosas, obvio, mejor no hablemos.
También estoy en contra de las tradiciones. Y no me gustan los clichés de algunas fiestas: nada de mariachis, de odaliscas, ni de las velas con un mensaje para cada persona. No. No.
Estoy a favor, claro, de las demostraciones de amor originales. No quiero odas al enamoramiento ni a la vida en pareja, ni mensajes de otros sobre lo fabuloso que es el vínculo de tales personas. Que quede claro: no digo que no hay que tenerlas, sólo que considero que no hace falta hacerlas públicas.
Y, como dijo un sabio amigo mío, no nos mintamos: hay cosas de estar en pareja que son una mierda.
Las celebraciones sí me gustan. Reunirse con amigos, divertirse: bailar, comer, beber, charlar, reír. Aunque eso implique tener que vestirse con ropa que no es la habitual e insultar un poco cuando los tacos te hacen doler los pies.
La gente se pone linda, pero para mí la gente es más linda sin grandes producciones. Es como las películas: no son mejores las que vienen de Hollywood.
Una fiesta incluye también ver a gente grande bailando. Es extraño, pero pocas cosas son más ridículas que una persona mayor danzando en una pista de baile. Los movimientos de los cuerpos son lentos, toscos: como si el paso de los años quedara todo expresado ahí. No me dejen bailar en una fiesta cuando sea vieja, por favor.


De todo esto hablaba yo en la mesa 10, con Vicky, Paulita, Sole, Pablito, Leo y Marian, el sábado a la noche, cuando en realidad ya era domingo y estaba por ser víctima de algo que consideré un padecimiento.
Nos dirigimos a la pista. Las chicas sacaron las cintitas, una se ganó el anillo. Marian se ofreció a sostenerme mi copa de champagne, justo cuando yo reiteraba algunas de las cuestiones que sostuve líneas arriba.
Lore lo arrojó. Vi cómo él salió de sus manos e hizo un globo en el aire perfecto: ni Gastón Gaudio hizo uno mejor en toda su carrera.
Lo vi venir, fue el mejor centro que alguien me tiró alguna vez. Lamentablemente, no se trataba de una pelota y yo no tenía un arco enfrente. Había chicas delante de mí y yo las vi: ninguna se esforzó por saltar para quedarse con él. Forras.
Estaba condenada. Me resigné e hice una expresión de disconformidad. “La puta madre”, musité. Bajé la cabeza, levanté mi mano izquierda y el ramo de fresias blancas finalmente se quedó conmigo.

Hubo algunas risas cercanas, pero ahora que lo miro acá, en un florero de mi casa, siento que quien se ríe más fuerte es él MAS EN 
 


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Enorme aceptación ha tenido el vídeo del tema YA NO ESTARE que grabó y canta la bella michoacana VANESSA MENDEZ quien se está presentando los fines de semana en un lugar tradicional de la Plaza Garibaldi en la Ciudad de México.
SOCIEDAD.-En el gran Forum de la Ciudad de México fue donde se celebraron los 50 años del líder del mariachi, Jesús "Chucho" López en donde estuvo presente somoselespectador y en donde encontramos a bellas amistades.