jueves, 30 de junio de 2016

DESCRIBEN EL PROCEDER DE MIGUEL ANGEL MANCERA









DIFERENTES EDIFICIOS HISTORICOS DE LA CAPITAL DEL PAIS, QUE ESTABAN ABIERTOS PARA DISFRUTE DE LOS CAPITALINOS, AHORA SON CASI "PROPIEDAD PRIVADA" DEL JEFE DE GOBIERNO 




El columnista Oscar Barrera Sánchez  describió al actual  jefe de Gobierno de la Ciudad de México en su columna "Patio Trasero" y más que un gobernante prometedor, lo señaló de la siguiente manera: "Desde que Miguel Ángel Mancera Espinosa tomó posesión como jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, en diciembre de 2012, su voluntad política se redujo al autoritarismo y la represión de los manifestantes en contra del gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto, y de su propio mandato. No pasó mucho tiempo para que, sin aprobación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, decretara el Acuerdo 16/2013 por el que se expidió el Protocolo de Actuación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para el Control de Multitudes, el 25 de marzo de 2013, documento que criminalizaba la protesta social y legaliza la represión de las manifestaciones públicas en el Distrito Federal. Del mismo modo, favoreció que se aprobara en la Cámara de Diputados el dictamen de la Ley de Manifestaciones Públicas en la Ciudad de México, el cual buscaba regular las manifestaciones públicas en la capital. En los últimos meses, ante las manifestaciones de los profesores organizados en la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), Miguel Ángel Mancera ha violado de manera flagrante derechos fundamentales, como lo son las libertades de expresión, manifestación y tránsito, impidiendo la entrada a la Ciudad de México a los docentes de los estados e impidiendo el paso a la Plaza de la Constitución capitalina. Mancera ha convertido la ciudad y el zócalo capitalinos en su patio privado.
Tal como fue aprobada en la Cámara de Diputados, en octubre de 2012, la Ley de Manifestaciones Públicas en la Ciudad de México, varios de sus marcos de acción han sido implementados por las fuerzas de seguridad de Mancera, tales como: limitar los bloqueos de vialidades, asegurar el libre tránsito de la ciudadanía por la ciudad, prohibir el bloqueo total de vialidades primarias por parte de manifestantes, prohibir el obligar a la autoridad a resolver algún asunto en el sentido que deseen. Más que someter a análisis la propuesta del panista Jorge Sotomayor Chávez, el jefe de gobierno capitalino la copió, la aceptó y la puso en marcha de forma inmediata.
Sin embargo, las medidas empleadas por el gobierno de la Ciudad de México se emplean de manera discriminatoria y discrecional, ya que mientras a las y los profesores de la CNTE se les impide el paso a la ciudad, como ocurrió los días 25 de mayo, 3 y 8 de junio a docentes integrantes en la autopista Toluca-México, o impedirles el paso al zócalo capitalino los días 15 de mayo y, recientemente, el 24 de junio, otro tipo de manifestaciones que el gobierno capitalino puede capitalizar políticamente recorren las calles sin problema alguno, como la marcha #Vivas nos queremos o la 38ª marcha del Movimiento LGBTTI misma que puedo ingresar al zócalo capitalino, además con todo el apoyo del jefe de gobierno, quien no sólo permitió el acceso a la Plaza de la Constitución, sino que preparó un acto artístico para recibir los contingentes. Vergonzosamente, un día antes, cientos de granaderos impidieron el paso a los profesores de la CNTE al mismo lugar. Sin confrontar la legitimidad de ambas manifestaciones, si es de llamar la atención la actitud de Miguel Ángel Mancera, quien aplica las normas de manera discrecional.
Los derechos de manifestación, expresión y tránsito no pueden estar a expensas del agrado, el beneplácito y la plusvalía política de una persona. Así como se permitió la expresión de las ideas, la manifestación y el tránsito a #Vivas nos queremos o a la comunidad LGBTTI, estos mismos derechos se deben garantizar para los profesores de la CNTE, así como para cualquier ciudadano. El zócalo capitalino, como cualquier espacio público, no es propiedad del autoritario jefe de gobierno de la Ciudad de México, quien como en régimen dictatorial recurre al discurso jurídico para castigar y lo olvida cuando premia u obtiene ganancia.

Esperemos que se respeten los derechos humanos de las y los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, como los de todas y todos los ciudadanos. Señor Mancera, la ciudad no es suya, es de todas y todos".