DIFERENTES EDIFICIOS HISTORICOS DE LA CAPITAL DEL PAIS, QUE ESTABAN ABIERTOS PARA DISFRUTE DE LOS CAPITALINOS, AHORA SON CASI "PROPIEDAD PRIVADA" DEL JEFE DE GOBIERNO |
El columnista Oscar Barrera Sánchez describió al actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México en su columna "Patio Trasero" y más que un gobernante prometedor, lo señaló de la siguiente manera: "Desde que Miguel Ángel Mancera Espinosa tomó posesión como jefe de
gobierno del entonces Distrito Federal, en diciembre de 2012, su voluntad
política se redujo al autoritarismo y la represión de los manifestantes en
contra del gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto, y de su propio
mandato. No pasó mucho tiempo para que, sin aprobación de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, decretara el Acuerdo 16/2013 por el que se
expidió el Protocolo
de Actuación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito
Federal para el Control de Multitudes, el 25 de
marzo de 2013, documento que criminalizaba la protesta social y legaliza la
represión de las manifestaciones públicas en el Distrito Federal. Del mismo
modo, favoreció que se aprobara en la Cámara de Diputados el dictamen de la Ley de Manifestaciones Públicas
en la Ciudad de México, el cual buscaba regular las
manifestaciones públicas en la capital. En los últimos meses, ante las
manifestaciones de los profesores organizados en la Coordinadora de
Trabajadores de la Educación (CNTE), Miguel Ángel Mancera ha violado de manera
flagrante derechos fundamentales, como lo son las libertades de expresión,
manifestación y tránsito, impidiendo la entrada a la Ciudad de México a los
docentes de los estados e impidiendo el paso a la Plaza de la Constitución
capitalina. Mancera ha convertido la ciudad y el zócalo capitalinos en su patio
privado.
Tal como fue aprobada en la Cámara de Diputados, en octubre de
2012, la Ley de Manifestaciones Públicas en la
Ciudad de México, varios de sus marcos de acción han sido
implementados por las fuerzas de seguridad de Mancera, tales como: limitar los
bloqueos de vialidades, asegurar el libre tránsito de la ciudadanía por la
ciudad, prohibir el bloqueo total de vialidades primarias por parte de
manifestantes, prohibir el obligar a la autoridad a resolver algún asunto en el
sentido que deseen. Más que someter a análisis la propuesta del panista Jorge
Sotomayor Chávez, el jefe de gobierno capitalino la copió, la aceptó y la puso
en marcha de forma inmediata.
Sin embargo, las medidas empleadas por el gobierno de la Ciudad de
México se emplean de manera discriminatoria y discrecional, ya que mientras a
las y los profesores de la CNTE se les impide el paso a la ciudad, como ocurrió
los días 25 de mayo, 3 y 8 de junio a docentes integrantes en la autopista
Toluca-México, o impedirles el paso al zócalo capitalino los días 15 de mayo y,
recientemente, el 24 de junio, otro tipo de manifestaciones que el gobierno
capitalino puede capitalizar políticamente recorren las calles sin problema
alguno, como la marcha #Vivas nos queremos o la 38ª marcha del Movimiento LGBTTI
misma que puedo ingresar al zócalo capitalino, además con todo el apoyo del
jefe de gobierno, quien no sólo permitió el acceso a la Plaza de la
Constitución, sino que preparó un acto artístico para recibir los contingentes.
Vergonzosamente, un día antes, cientos de granaderos impidieron el paso a los
profesores de la CNTE al mismo lugar. Sin confrontar la legitimidad de ambas
manifestaciones, si es de llamar la atención la actitud de Miguel Ángel
Mancera, quien aplica las normas de manera discrecional.
Los derechos de manifestación, expresión y tránsito no pueden
estar a expensas del agrado, el beneplácito y la plusvalía política de una
persona. Así como se permitió la expresión de las ideas, la manifestación y el
tránsito a #Vivas nos queremos o a la comunidad LGBTTI, estos mismos
derechos se deben garantizar para los profesores de la CNTE, así como para
cualquier ciudadano. El zócalo capitalino, como cualquier espacio público, no
es propiedad del autoritario jefe de gobierno de la Ciudad de México, quien
como en régimen dictatorial recurre al discurso jurídico para castigar y lo
olvida cuando premia u obtiene ganancia.
Esperemos que se respeten los derechos humanos de las y los
profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, como
los de todas y todos los ciudadanos. Señor Mancera, la ciudad no es suya, es de
todas y todos".