En la VI cumbre de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos, la ministra de Relaciones Exteriores de
Panamá Erika Mouynes, puso por encima de las consideraciones políticas y las
diferencias las metas de la unidad. Recordó como la pandemia ha unido a las
naciones, como en las llamadas telefónicas siempre está la pregunta: “¿Cómo van
las vacunas, cómo va la reactivación económica? Pero aunque estamos recibiendo
los mismos golpes, no estamos respondiendo como una comunidad. La solución
solamente es enfrentar la crisis con frente común”.En cuanto a la migración
irregular, habló de la situación específica de su país, que como delgado istmo
une a Sudamérica con los países de Centroamérica, de donde marchan los
desplazamientos incontenibles hacia el norte. Recordó que hace apenas unos
meses a Panamá llegaban cuando mucho 800 migrantes. Hoy llegan al menos 20 mil
al mes, después de cruzar la peligrosa selva del Darién (por algo le llaman “el
tapón del diablo”). Panamá es el primer lugar donde estas caravanas reciben
alimento, albergue y ayuda médica en su trayecto.Este fenómeno, dijo la
canciller, solo se puede atender de manera regional, “con justa
corresponsabilidad”. Por último, frente al tema del cambio climático, al que
describió como la verdadera nueva crisis mundial, señaló que su país es uno de
los tres países del mundo que ha cumplido con la meta de la COP de reducir sus
emisiones de gas carbono. “Ya cumplimos. El impacto de protección de corredor
marino podría multiplicarse de manera potencial si las medidas se tomaran de
manera conjunta".Concluyó: “Otra crisis como esta no nos puede encontrar
divididos. La solidaridad debe estar a la cabeza de nuestra agenda común”. Erika
Mouynes antes de su exposición inteligente,
cayó en el juego intermediático de demandar más presencias femeninas en las
sillas latinoamericanas. Más en www.somoselespectador.blogspot.com