México por primera vez cuenta con un gobierno legítimo con políticas públicas y económicas en una dirección nacionalista, progresista y con las
funciones óptimas de estado, después del sometimiento colonizador, luego falso
revolucionario disfrazado en el presidencialismo dictatorial y luego neoliberalista.,
teniendo como primer antecedente pronunciado del saqueo empresarial, el mandato
presidencial de Miguel Alemán. La intervención del gobierno y la conservación
del patrimonio de Estado, solamente explotado por el Estado, es lo que
justifica su existencia, y es el oportunismo empresarial mafioso y el crimen
organizado quien históricamente han dibujado como demoníaco al sistema
socialista para sembrar el miedo y brindarnos su supuesto amparo que más que
protección ha sido la desgracia y la pobreza de las naciones. El imperio internacional
no solamente se ha formado por medio de
la invasión bélica y la manipulación económica sino también de la propaganda
feroz por medio de los medios de condicionamiento y la ignorancia por medio de los intencionados
planes de estudio inadecuados y lo inaccesible
de la educación. La política económica mixta, es para muchos el sistema
ideal para los países que tienen una participación total del estado en sus
bienes y servicios estratégicos y privados en aquellos que no resultan vitales
para el desarrollo del Estado pero sí para sus ganancias financieras. Los que
tanto le temen al régimen socialista sin darse cuenta de que también se le debe
temer a la intromisión desmedida del capital extranjero, quizá no sepan que México mantiene una constitución que establece,
que todas las cosas pertenecen al Estado, por lo que las propiedades muebles e inmuebles, los valores, el
patrimonio cultural , los recursos naturales y todo lo que al gobernado rodea,
son del Estado, por ello existen los impuestos, las contribuciones, el pago de
derecho, de tenencia y figuras como la requisa y la expropiación, y no por ello
no se respeta la propiedad concesionada, que se nos ha vendido con el nombre de
propiedad privada, misma que al menos en México no existe, más que por el abuso
y la violación a la ley y por el nombre doctrinario más que práctico. La
indefensión de los recursos naturales y la autosuficiencia en la productividad y en la economía, han
sido desplazadas por la aspiración ignorante de que México se convierta en un
país intervencionista que satanice a los países de régimen socialista y a la
vez se comporte como un lacayo ante la figura sintética del control
estadounidense que se nos ha vendido como el paraíso terrenal del mundo, cuando
durante esta pandemia, se ha podido observar con claridad, que es un montaje de
apariencias, al mostrar su fracaso en su sistema de salud al ser el país con
mayor mortalidad y contagios de coronavirus, su mezquindad y perversidad con la
manipulación en la distribución de vacunas, su decadente impartición de
justicia ante tribunales y organismos de seguridad racistas e ineficientes y su
deteriorada democracia ante las dudosas elecciones presidenciales en donde se
presentaron disturbios que de haber ocurrido en otro país, hubieran recibido el
intervencionismo estadounidense. Por otro lado, vemos aquellos a países que
comenzaron con una buena intención de alcances comunistas y terminaron en
gobiernos aprovechados y dictatoriales. Por eso, buscar el equilibrio y la
proporcionalidad de las cosas, no se consigue con el pánico al sistema socialista y la
magnificación al capitalista, que se ha desvirtuado en un infame sistema
neoliberalista. En la política casera, hemos visto el tremendo saqueo del salinismo, cuya filosofía
era la supuesta modernización, y terminó en el pillaje descontrolado. También hemos
visto la supuesta lucha social, de
personajes que querían revertir tal situación saqueadora cono Vicente Fox que llegó a la presidencia, o a quien
llamaban el “líder moral” de la oposición, Cuauhtémoc cárdenas y que resultaron
iguales de corruptos. El equilibrio político y económico que necesita nuestro
país lo encontraremos en la educación poblacional y la ética política, que
representa el punto crítico y democrático de cada situación histórica que vive el país, la buena lectura
de las soluciones inmediatas y a largo plazo bajo la planeación y el no
sometimiento ideológico y mediático de aquello de lo cual opinamos pero que en
la mayoría de los casos desconocemos, pero que resulta peligroso, tan solo el
acercamiento a la ultra derecha o a la ultra izquierda que al final parecen
unirse en los males. Más en www.somoselespectador.blogspot.com