La noche del cuatro de septiembre del 2021 iluminó al Estadio Azteca, después de haber pasado meses en que solamente era un monstruo escalofriante. En una semana de fuertes lluvias en todo México, ahora no llovió en el país, y en una semana de altos índices de contagios y muertes en la tercera ola de la terrible pandemia, ahora bajaron los índices y el semáforo epidemiológico rojo pasó a naranja. Las tribunas que calladas recordaban tantas vivencias nacionales e internacionales en el campo de Santa Ursula, incluso la nostalgia de las calcetas de Brailovsky que se comían sus zapatos cuando llevaba el balón hasta el banderín de esquina para tratar de conseguir un tiro o la historia más reciente de la sonrisa de la ídolo Jana Gutierrez que con sus bailes celebraba los goles de la escuadra femenil americanista. Ahora esa noche parecía por 90 minutos que había desaparecido el COVID19, aunque el Estadio Azteca ya había abierto sus puertas en este año, ahora la noche parecía ser la primera, había factores de fiesta, la presencia de una de las árbitros más sonrientes de la liga femenil, Karen Hernández Andrade en su séptimo partido de esta temporada; la americanista Angelique Montserrat Saldivar Pavón quien empezó como titular y que con sus 14 años es de las jugadora profesionales más jóvenes en el mundo; la entrada de la linda defensa pumita, Kimberli Anahí Gómez Castillo a 17 minutos de terminar el encuentro y en sus primeros minutos de pisar cancha en este torneo, a un mes de cumplir un año de su debut en primera división, y un minuto antes del primer gol de Pumas para el 1-2 y a trece minutos del empate universitario para el 2-2 definitivo. Una noche que pudo gritar el cuarto gol en esta temporada, de la máxima estrella americanista Daniela Espinosa y el 63 en su carrera como futbolista y en el América. Los goles de las águilas fueron conducto de Espinosa y Dorian Hernández, mientras que los que brindaron el empate por pumas, fueron autorías de Laura Herrera y Dionora Garza. la noche fue diferente, se borraron aquellas deprimentes tribunas vacías de lo más alta del Estadio Azteca, y aunque el COVID no se ha ido, los gritos, las nuevas historias futboleras, la pasión americanista y los goles, ya han llegado.Más en www.somoselespectador.blogspot.com