El imperio empresarial puede ser calificado de las mismas dimensiones que la Conquista española para América; el ultragobierno informal que domina al mundo tiene mayor penetración en países en donde existe alto porcentaje de corrupción y bajo nivel educativo, hasta convertir su sistema de organización social, en un esquema perverso, en donde gracias a los monopolios desmedidos y no clasificados, hace que el trabajador que es pagado por el empresario con un salario bajo, a final de cuentas, termine gastando su ingreso, en productos y servicios de su propio patrón. La mano de obra se convierte en una mercancía cuya ganancia no es recuperada, es decir se trabaja, se gana y lo que se gana se le regresa al patrón al pagar sus productos y servicios y ante la mínima o nula inconformidad del asalariado que es un esclavo moderno, que se encuentra atrapado en la enajenación convulsiva ante su atropello educacional y de valores por medio de su dependencia a la superfluidad adquirida en el sometimiento de su cultura y pensamiento. lo mismo ocurre con el empresario que se encuentra fuera de la oligarquía, que termina desapareciendo ante el sistema manipulador para la quiebra o termina entregando sus ganancias a su gigante competidor por su dependencia unifuncional empresarial. La llegada de nuevos gobiernos, principalmente en países de América Latina, y como resulta el caso de México; solamente podrán servir como un oxigeno sexenal ante medidas contrarias al neoliberalismo, pero que cualquier acción de gobierno por eficaz que pueda ser, queda estancada en un populismo, sin alcanzar el grado de neofuncionamiento económico social, cuyo objetivo principal es acercarse lo mayor posible a la distribución de la riqueza por medio del trabajo y que dicha riqueza monetaria, se refleje en un nivel de vida de excelencia, que parece ser un intento infructuoso constante, como lo índica el saldo final del socialismo y el capitalismo, pero que en los últimos años, el descarnado proceder empresarial ha sido un abuso ilimitado que ha aumentado la pobreza, como es el caso de México. Las medidas del nuevo gobierno mexicano, tratan de recuperar en poco al enfermo a quien para los empresarios, es conveniente tener enfermo pero no muerto; y dichas acciones de gobierno por antineoliberales que sean, no son eficaces en contra del abuso empresarial ante la falta de conciencia de un pueblo, que se limita a votar y no a asumir, y cuya idea mediática, lo hace repetir ideas de las cuales parece estar convencido, como lo es, rechazar el paternalismo gubernamental, mismo que parecen repudiar y en cambio defender la asistencia y recuperación económica del patrimonio del Estado en favor de los Empresarios, a los cuales se ha idealizado como se hizo con la paternidad del gobierno, al grado, de que se les ha programado, con la idea de no hacer ninguna acción por más patriótica y justa que sea, con tal de no ausentar del país a los empresarios, como lo podría haber sido la cancelación del Aeropuerto empresarial de México en Texcoco; sin razonar que tal proyecto era agigantar al gigante, ya que los verdaderos empresarios que son de escala mediana , no fueron tomados en cuenta, y que estos denotan susto ante los monopolios,por los cuales son atropellados, por lo que más bien, es el abuso monopólico, lo que en verdad ahuyenta a los nuevos y sanos empresarios; que hace años, ya no pisan nuestro país.