miércoles, 20 de febrero de 2019

SE LE AGUADAN A WALLACE












La presidente de Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, parece verle su final a su caja chica que se mantenía con recursos públicos, así como otras asociaciones y organismos no gubernamentales que con el pretexto de ser altruistas, les proporcionaban cantidades económicas que no justificaban sus resultados. Ante las medidas anticorrupción del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la accionista contraatacó al ejecutivo federal al afirmar que  no tiene al momento una estrategia de seguridad y tampoco un plan para atender a las víctimas del delito. Al presentar su informe mensual sobre el delito de secuestro, Miranda de Wallace, aseguró que en el  gobierno "hay confusión", porque mientras López Obrador anuncia que va a contratar a 50 mil elementos para la Policía Federal, la Marina y el Ejército, Alfonso Durazo, propuesto como secretario de Seguridad Pública, dice que no va haber incremento al presupuesto en materia de seguridad.  Por lo que la señora Isabel llama recorte de presupuesto al no despilfarro para asociaciones que dicen defender a los débiles, a las diferencias de género, o a  lo que llaman minorías, y que sacan provecho económico de las tragedias ajenas y hasta propias, para convertirlas en un cheque al portador, que llega en menor cantidad y como limosna a los que señalan como sus defendidos por sus elefantes blancos, que  se han mantenido del presupuesto gubernamental y no por  el sustento por particulares. El gobierno de López Obrador ha transitado en estos tres meses con un peso sólido ante el dólar, con un optimismo social, con buenos resultados en la bolsa de  valores, con el rescate a los energéticos en su primera etapa; pero   sin embargo, existen personas que en menos de cien días, ya muestran su inconformidad en contra del nuevo gobierno sin un" porqué" específico, lo que  también  exhibe su impotencia, por no poder proceder con sus conductas corruptivas en todos los ámbitos, incluyendo   los círculos sociales  que como organismos no gubernamentales podían  ordeñar a  otros gobiernos, y cuyos gastos, se justificaban con una comida lujosa frente al Presidente.