Graco Ramírez exgobernador de Morelos aseguró que la gente
de Federico Figueroa, hermano del cantante fallecido, Joan Sebastian, estaba
interesada en que el Mando Único no llegara a Cuernavaca. El Gobernador también vinculó a
Figueroa con la delincuencia organizada.Ahora, otro ser asesinado se
adjunta a la lista de la familia de Joan Sebastian, y que también tiene rasgos de haber sido una acción del
crimen organizado. Hugo Figueroa sobrino
del finado cantante, fue privado de su libertad por un grupo armado luego de un
jaripeo en una plaza de toros en Tarímbaro, Michoacán; y después fue encontrado
muerto. Joan Sebastian tuvo ocho hijos; José Manuel, Trigo y Juan Sebastián,
producto de su concubinato con Teresa González. Estos dos últimos perdieron la
vida de manera trágica.En agosto del año 2006, Joan Sebastian estaba ofreciendo
un concierto en el poblado de Mission, Texas, sin imaginar que su vida
cambiaría radicalmente, pues al término de esa presentación, Trigo Figueroa se
encontraba conteniendo a la multitud que buscaba acercarse al cantante, cuando
uno de los asistentes disparó al suelo y posteriormente a la cabeza de
Figueroa, quien tenía 27 años de edad. El agresor nunca fue identificado. Por
otra parte, Juan Sebastián Figueroa González, con 32 años de edad, vio su vida
truncada en junio de 2010 a las afueras de un bar ubicado en Cuernavaca,
Morelos, donde recibió dos disparos que le causaron una hemorragia interna
aguda y laceración del pulmón. En vida al cantante quien era casi dueño de todo
Juliantla, guerrero, siempre le rodearon rumores de su estrecho lazo con el
narcotráfico y en una investigación
periodística reciente, y posterior a la muerte del cantante, Héctor de Mauleón, fue el encargado de revelar
un oscuro y escandaloso secreto del cantautor, pues aseguró que tenía nexos con
el crimen organizado, lo que le ha causado ser demandado por la familia del
cantante y los tribunales hasta el momento, han apoyado al informador. El
columnista aseguró que Joan Sebastian
asistía frecuentemente a un burdel propiedad de la célula criminal “Los rojos”
que era conocido por su negocio en la trata de blancas, y aunque el cantante
estaba consciente de esto, continuaba asistiendo. La información se realizó
posterior a la muerte de Joan Sebastian, al denunciar que la autoridad
ministerial tenía abandonada la averiguación que podría involucrar a otras
personas para su vigencia. Lo cierto es
que el cantante murió de una enfermedad y no asesinado, pero su familia ha
vivido experiencias de nota roja como el
caso de su otro hijo del
cantante, José Manuel Figueroa que se pudo desligar del asesinato imprudencial
de la conductora Lilián Elizalde y otros nexos policíacos raros que podrían por
si solos hacer una narcoserie en vez de la serie biográfica que se le realizó a
Joan Sebastian, que en nada apuntó a un nexo con la delincuencia organizada.