lunes, 4 de febrero de 2019

ES HORA DE BRINDAR TEATRO DE CALIDAD A LA CDMX












Hablar de teatro de calidad es muy subjetivo por lo que resulta inoperante etiquetar una exposición teatral; sin embargo lo que es un punto objetivo,  es la variedad teatral que necesita nuestra Ciudad capital, cuyas opciones teatrales si bien es cierto son  abundantes, no son diversas, por lo que si actualmente,  existe teatro alternativo y de nueva propuesta en nuestra metrópoli,  ha sido por el esfuerzo  de espacios culturales como Art House, que han ido creciendo bajo propio sacrificio, sin subsidio gubernamental y enfrentando a los despiadados monopolios. El desalojar a las producciones de Jorge Ortíz de Pinedo del Centro Cultural San Angel por parte de la alcaldesa de Coyoacán, no resulta descabellado, si el Teatro López Tarso determina alojar nuevas propuestas teatrales, ya que es necesario que el público mexicano pruebe diferentes sabores escénicos y que sea su paladar quien determine el bocado y no  se forme en una taquilla, con un impulso televisivo y no teatral y esté expuesto, siempre a los mismos platillos. Ante los cambios políticos que vive el país, es importante que los creativos teatrales pierdan el miedo de ofrecerle al espectador,  un teatro de avanzada sin subestimarlo. Así lo ha comprendido producciones como GOU, quien ha arriesgado realizar obras  "no comerciales" y ha conseguido llenar sus  teatros. La cartelera teatral debe conciliar entre ofrecer puestas en escena en que aparezca "Pedrito Sola" o los "Mascabrothers" y artistas que luchan por salir del anonimato al no contar con la proyección televisiva, pero  que tienen un enorme talento. Y de  aquellos otros, que ligados a la televisión, tienen el deseo de hacer buen teatro. Es hora que el público mexicano se acostumbre a lo bueno y no se enfrasque en pretextos como la inseguridad o la crisis económica para no asistir al teatro y sí adopte en cambio,  otro tipo de entretenimientos, que resultan más caros y menos productivos para enriquecer el alma, y en consecuencia, reestructurar nuestro tejido social e intelectual. Si Layda Sansores y Jorge Ortiz de Pinedo logran ponerse de acuerdo  en un punto medio en  donde las producciones Ortiz de Pinedo puedan continuar dando funciones en el Teatro López Tarso, por ejemplo los días lunes, martes y miércoles o funciones matutinas y que  los horarios estelares se reserven para nuevas alternativas teatrales, entonces quien saldrá ganando será el público capitalino, a quien se le debe ofrecer un nuevo menú y no el platillo de siempre, de la risa fácil y el aplauso barato y menos en espacios que forman parte del patrimonio de una entidad federativa.