jueves, 1 de marzo de 2018

PENACHO PESADO


















Mario Vargas Llosa, el escritor peruano metido a político, vino a México y le tomó la palabra a Octavio Paz y al resto de los organizadores del encuentro de intelectuales europeos y americanos: con. total libertad habló largo y tendido sobre el gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su permanencia en el poder, como otro ejemplo de las dictaduras latinoamericanas. En cierto momento consideró a México "una dictadura perfecta". Diversos intelectuales latinoamericanos y españoles respondieron ayer a las acusaciones de Paz contra Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes.Vargas Llosa de fino traje cruzado y delicados modales se abstuvo de emitir juicios sobre el sistema político mexicano. Dijo que era por respeto al país que lo tenía de huésped. Por la noche, sin embargo, en el estudio de televisión donde se desarrolla el debate El siglo XX: la experiencia de la libertad, conocedor de que estaba en el aire en una estación de televisión por cable del consorcio Televisa, Vargas Llosa habló de política mexicana, cosa que de seguro sorprendió a Paz, puesto que la idea del evento era hablar de la Europa del Este."Espero no parecer demasiado inelegante por decir lo que voy a decir", comenzó. "Yo no creo que se pueda exonerar a México de esa tradición de dictaduras latinoamericanas. Creo que el caso de México, cuya democratización actual soy el primero en aplaudir, como todos los que creemos en la democracia, encaja en esa tradición con un matiz que es más bien el de un agravante"."México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México", dijo un Vargas Llosa que a estas alturas ya parecía de nuevo el político intenso de hace unos meses. México, siguió, "es la dictadura carnuflada". "Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible".Paz escuchaba serio, sentado atrás en el estudio de televisión y con una expresión de molestia. No podía intervenir, puesto que era su discípulo Enrique Krauze, quien dirigía el debate. Vargas Llosa se olvidó de sus anfitriones mexicanos. "Yo no creo", refiriéndose al PRI, "que haya en América Latina ningún caso de sistema de dictadura que haya reclutado tan eficientemente al medio intelectual, sobornándole de una manera muy sutil".Detalló los trabajos, nombrarnientos de cargos públicos y espacios para la crítica que el régimen priísta acostumbra a conceder. Es más, dijo, "es una dictadura sui géneris, que muchos otros en América Latina han tratado de emular". Recordó a los militares peruanos con Velasco Alvarado a la cabeza, y luego al mismo Alan García. "Tan es dictadura la mexicana", continuó, "que todas las dictaduras latinoamericanas desde que yo tengo uso de razón han tratado de crear algo equivalente al PRI".Los mazazos de Vargas Llosa parecían no terminar. Había asombro en la audiencia. Por un lado, es casi una regla no escrita del sistema político mexicano, léase el régimen priísta, y a los extranjeros les está vedado opinar en México sobre el país. Y peor de un latinoamericano, que por lo general, huyendo de exilios y persecuciones, acude a México, en busca de asilo. Además, Vargas Llosa hablaba en un evento que tiene el patrocinio de Televisa, consorcio que, sin pelos en la lengua, se define como "soldado del PRI".Después Vargas Llosa pareció conceder algo. Del sistema político mexicano elogió la revolución de principios de siglo. Destacó como valiosa "la reivindicación de la tradición prehispánica". Pero volvió a la carga. Acusó al PRI de haber utilizado la revolución "y la retórica demagógica" para eternizarse. Pasados los años,  y ante la llegada de Vicente Fox, el escritor de Hispanoamérica  señaló de manera contundente que México pasó de la “dictadura perfecta” a la “democracia imperfecta”,  ante una transición democrática del país, que tuvo un régimen priista al que bautizó con aquel célebre aforismo, y pasó a un gobierno panista desde el sexenio pasado. Ahora ante las altas posibilidades de que se respete el voto en favor de López obrador; el nobel de literatura señaló que una eventual victoria de Andrés Manuel López Obrador sería “una catástrofe” para México, por su afinidad con los gobiernos de Hugo Chávez, en Venezuela, y Fidel Castro, en Cuba y  sus conclusiones fueron: “Soy optimista con México, y creo que está en buena dirección, con problemas enormes, desde luego, con necesidad de muchas reformas, pero ha salido de un sistema que era dictatorial, que vivió por 70 años El control del poder era de un partido y ese sistema fue catastrófico“México ha salido de eso, y hoy está viviendo una democracia que es imperfecta, pero que es una con progresos y un avance extraordinario respecto de lo que había en el pasado, y hay una mayoría de mexicanos que quieren que se perfeccione esa democracia para que México prospere y desaparezca la corrupción Para mí, México es uno de esos países latinoamericanos que no ha retrocedido, como lo han hecho Venezuela y Bolivia”.