En
México, hay madres que guardan las fotos de SUS HIJAS
MUERTAS EN EL CELULAR para que los golpes no se olviden; que
desentierran a su niña mutilada en un descampado a pocos metros de su casa; que
encuentran a los asesinos y estos siguen libres; que sin haber ido a la
escuela, se estudian el Código Penal por las noches en la pantalla de un móvil.
Hay padres que pedalean sin descanso en una bicicleta para perseguir el rastro
de un autobús donde violarán y matarán a su hija de 10 años. Hay mujeres que no
salen de su casa después de las siete de la noche; que aceleran el paso; que no
caminan solas. En México hay más de siete mujeres muertas cada día. Más de
23.800 asesinadas en sólo una década. Y ese recuento macabro no hace más que
empeorar.El 36% de las mujeres asesinadas en 2016 fue estrangulada,
ahorcada, ahogada, quemada, golpeada con algún objeto o apuñalada. Tres veces
más que en el caso de los hombres, en su mayoría asesinados de un balazo, casi
un 70%.