La guerra sucia, el miedo de decir propuestas no populistas, la exageración de la promesa y la mentira rondarán en las próximas semanas con el reinició de las campañas para obtener cargos de gobierno a nivel federal y local, en donde sobresale la disputa por la Presidencia de la República y por el gobierno de la capital del País. En el panorama se observan dos proyectos muy parecidos, que los forman por un lado el PRI y por el otro lado PAN-PRD, ambos con partidos pequeños adheridos. Y existe otro proyecto, que es el de MORENA que es un verdadero proyecto de oposición aunque se les haya adherido el PT y Encuentro Social. Para muchos de no existir fraude electoral, es un hecho que Andrés Manuel López Obrador sea Presidente y su figura política le alcance para que Claudia Sheinbaum también obtenga el mando de la Capital del país, ante su más fuerte opositora que s Alejandra Barrales cuya sombra de Ricardo Anaya, Miguel Angel Mancera (que hereda el peor de los gobiernos en la historia de la capital) y ahora hasta su refugio en la imagen de Xótlil Gálvez parecen llevar su bicicleta sin freno al barranco. La campaña del miedo y de la manipulación mediática difícilmente dejará de ser un factor importante ante un numeroso electorado que se le dificulta razonar su voto por el dicho y la propaganda luminosa. Sea por el verde, amarilloazul o morado, deberá ser el criterio del votante sin vicios del consentimiento, el que deberá aparecer en la casilla y después en la urna, sin pensar en lo que se dice sino en lo que cada uno observa, sin miedo a las críticas. Por otra parte, el hecho de que voten mexicanos en el extranjero podrá ser un factor fértil para decidirse por aquello que se oye al no ser parte de la vida íntima de la política del día a día.