martes, 27 de julio de 2021

A TIEMPO ES VALENTIA; A DESTIEMPO ES COBARDIA

 






















Quien se arrepiente a horas de la boda, puede ser una decisión incómoda pero necesaria y quizá fatalmente valiente, pero quien lo hace al momento del casamiento, en vez de analizar otras opciones, resulta una cobardía. Son varios los atletas  de alto nivel y prestigio,que por la situación que guarda el mundo, no han tenido ni la serenidad ni el entrenamiento necesario para estar en optimas condiciones para estos Juegos Ilímpicoe y han determinado, antes de la competencia, mejor no acudir a Tokio, como el caso mundialmente conocido del tenista Rafael Nadal, que siendo un multicampeón prefirio hacerse  a un lado y no refrendar su liderato. sin embargo resulta cuestionable  y de alto impacto, la determinación de la gimnasta estadounidense Simone Biles, apodada como la Nadia Comaneci negra y la máxima estrella de los Estados Unidos para estos juegos, quien ya instalada en Tokio y en pleno calendario de  competencia ha determinado abandonar a su equipo en estos juegos  de la pandemia. Biles abandonó la arena, y quedó fuera  por solamente realizar un salto en la competencia por equipos, al ya no seguir en la competencia con el argumento de que no tenía la estabilidad mental para continuar, lo que para muchos fue un acto de valentía pero para otros de cobardía al dejar bajo la improvisación al cuadro estadounidense cuando después de su salto, un Amanar con giro y medio,  por lo que obtuvo una nota de 13,766, la peor entre las integrantes su selección, la vigente campeona olímpica abandonó el escenario con el médico del equipo. De lo que no se le puede culpar es de mentirosa, ya que en un principio el equipo técnico había argumentado que la gimnasta abandonaba la competencia por un problema médico. USA Gymnastics anunció:  “Será evaluada diariamente para determinar la autorización médica para futuras competiciones”, pero más adelante la Diosa negra, confesó que no se retiraba por situaciones físicas sino por una inestabilidad emocional. Más en www.somoselespectador.blogspot.com