ALGUIEN TIENE
QUE DECIRLO.- Los antiprogresistas después
de su derrota electoral, se unen en una
agrupación llamada “Resistencia” en donde así como el PAN confesó ser el PRI
mediante el priprdpanismo, ahora los que se autonombraron oposición, al fin se adecuan a su verdadero calificativo
en esta agrupación que seguramente se encamina a la formación de un partido político, quizá
nuevamente disfrazado de rosa en vez de amarillo y negro o de verde y rojo con
azul. La reconciliación del país debe de ser una continuación a la evaluación que la mayoría del pueblo de
México expresó en las urnas en donde acepta plena y contundentemente al movimiento lópezobradorista más allá de MORENA, y que quiere como
Presidente al perfil de Claudia
Sheinbaum y con un amplio campo operativo, sin embargo la
reconciliación para el avance de México
debe de efectuarse más que entre partidistas, lo debe ser más entre el pueblo de México que aunque no está
polarizado sí está politizado en no aceptar el defecto de los que tiene
enfrente, y en donde un lado insultó en mayor medida al otro sin importar los
antecedentes históricos que se han dibujado en el país, por lo que la llamada reconciliación no puede ser
procedente entre la esfera política vandálica, mentirosa, corrupta, vendepatrias
y saqueadora, en donde podían aparecer de lo más reluciente, los más asquerosos protagonistas del declive
del país. Y si bien es cierto debe existir la unidad que no es lo mismo que la
aceptación maliciosa, también es cierto que definitivamente no deben existir venganzas
en un pías que se inspira en el progresismo, por lo que deben
sanarse heridas pero dejar en claro que las conciliaciones tienen
consideraciones, y deben de ejecutarse
las reformas legislativas a base de la
mayoría y la fuerza arrolladora que determinó darle el pueblo de México al
legislativo ante la necesidad de demoler para reformar el poder judicial. Y
después en unión sacar reformas de mayor profundidad y de igual
urgencia, como la contrareforma
laboral y bancaria, un plan educativo competitivo y efectivo, el aumento de nivel de
los medios de comunicación y sus comunicadores, la creación de una academia puramente
policiaca y la protección ciudadana ante los adelantos tecnológicos. No se puede
negociar con pillos, no se le puede dar la oportunidad al ladrón que conserve las llaves de la casa del ultrajado,
por lo que la conciliación debe de ir de la mano de la autocrítica y el
reconocimiento de errores y el reconocimiento de actos delictuosos e
hipocresías, que fueron utilizadas en
contra de un pueblo de México que se
autoestimó y no se quiso denigrar como en el pasado y que ha luchado hasta
contra sus malos hábitos sembrados por el presidencialismo dictatorial y la
estrategia mediática. La cultura política que han adquirido las mayorías,
todavía no forman a un pueblo sabio ni del todo bueno, empezando porque su superación en la visión política y
partidista no se formó por medio de aleccionamientos escolares sino
por una revolución de conciencias, en la cual no se puede subestimar la
participación de un personaje como Andrés Manuel López Obrador en su revolución presidencialista, así como
por el actuar del PRI y un PAN que
llegaron hasta al insulto de la
inteligencia y que con dicha actitud
acabó fortaleciendo un respaldo a la
renovación de la vida pública y social del país, y quitando máscaras de la esencia
moral de cada agrupación pero también de
cada mexicano, en consecuencia, hasta de
la verdadera moralidad de nuestros vecinos, hasta crear una controversia que se dirigía a la división, propiciada por la ignorancia desesperada e impedida al diálogo abierto y formal
que era sustituido por la peladez del
meme. El momento histórico que vive México,
necesita una medida extraordinaria que es por ahora no tener contrapesos en lo que
respecta a la cámara de diputados y
senadores como fue la voluntad del carro lleno designado por los electores,
pero sí es importante el contrapeso crítico en el propio partido ganador y en
los perdedores, en las esferas empresariales, en las sociedades y asociaciones con
una somnolencia que solo se les quita al momento del cobro de apoyo o
recaudaciones de sus afiliados. Deberán darse contrapesos reales y no golpeteos
de resistencia delincuencial o de corrupción política, y ya será después de
la acción legislativa, al que la mayoría en estas elecciones lo apoderó casi como un nuevo constituyente, que
en las nuevas votaciones intermedias, los electores puedan valorar sí es
momento de accionar un voto dividido y un contrapeso legislativo que en la
mayoría de los casos es sano, salvo excepciones en donde se ha utilizado en una
alta participación, una boleta electoral
como defensa, en vez de un rifle. Más en
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