ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- La primer mujer Presidente en la historia de México, que también es Doctora, científica y académica, tendrá la gran responsabilidad y también la gran oportunidad de hacer crecer el nivel académico de México, como un acto de justicia social más que de justicia de género y cuya acción de Estado no puede retrasarse por ningún motivo como ocurrió con la línea 1 del metro capitalino. La pared porril disfrazada de sindicalista por parte del magisterio que ha orillado a reformas laborales más que a reformas educativas de fondo, debe ser derrumbada por La dama de la Ciudad ahora como dama del poder ejecutivo federal. El lópezobradorismo que derrumbó la figura perfumada de primera dama para la esposa de quien ejercía el abuso del poder presidencial, y quien derrotó con goles -a favor de la educación- al fantasma de la privatización educativa y puso la primera piedra para la efectividad del artículo 3 constitucional, al implantar con nuevos libros de texto, ahora debe ser un plan educativo que deberá tener continuidad en un segundo piso basado en un nuevo plan de estudios que reduzca grados de primaria y una preparatoria encausada de manera eficaz a la carrera profesional que pretende escoger el estudiante, con una estrategia en bien del país, que tendrá que valorar y estructurar un poder legislativo de la mano de Sheinbaum. La causa del fracaso educativo que dejó de manera intencionada el presidenciaismo dictatorial y el neoliberalismo, es el efecto de que el gobierno de Claudia Sheinbaum no tenga elementos de sobra para formar un gabinete de excelencia, tal y como le ocurrió al Presidente López Obrador. El bajo nivel educativo impide que existan condiciones profesionales para sostener al actual poder Judicial, para conformar un Congreso constituyente para la nueva carta magna que necesita México, y la causa directa de que hayan adquirido tanto poder los medios de comunicación y existan votantes de buena fe y sin intereses de por medio, que aunque en menor número, hayan determinado votar por una candidata tan mamarracha como Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, quien es el claro ejemplo de la decadencia social e individual de nuestra patria en cuanto a su nivel educativo. México ahora cierra su peor capítulo de las candidaturas presidenciales pero tiene la oportunidad de abrir otro, lleno de acciones de gobierno plenas que ayuden al progreso de una nación que necesita la ilustración necesaria para defender causas y tomar acciones de Estado que sean inteligentes y con procedimientos mentales bien elaborados, con criterios propio y conciencias plenas. Por lo pronto estoy seguro que en el 2018 llegó a la silla presidencial el mejor hombre para esa encomienda y ahora en el 2024 a medida distancia de su antecesor, ha llegado a la presidencia de México, la mejor mujer.Más
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