jueves, 7 de abril de 2022

PREPOTENCIA Y AUSENCIA DE AUTORIDAD POR 14 HORAS EN EL PERIFERICO DISFRAZADOS DE FINAL FELIZ

 



































La falta de capacidad intelectual ciudadana, no solamente se limita a la contradicción y a la desorientación de no saber qué hacer ante la realización de una consulta popular, sino también origina que sea el propio  ciudadano  quien adopte el  papel de televidente y  aplauda  el cierre del Periférico con cifra récord de más de 14 horas, y se festeje como un acto de gloria en donde  una madre tuvo justicia ante la detención del asesino de su hijo quien se  le arrebató  la vida en un antro clandestino, pero en donde se apresuró  un  procedimiento ministerial  en la persecución del presunto delincuente,  por medio de la prepotencia de cerrar una vía vital para dos entidades federativas, y de la comisión de delitos, entre el más visible, el ataque a las vías de comunicación, y  que una familia con notoria  experiencia en movilizaciones al utilizar carpas, alimentos,y todo lo necesario para un plantón, puedó poner de rodillas a las autoridades de todos niveles y a los propios medios de comunicación sin ningún acto de reproche para quien abusó de sus influencias y  de su propio dolor de perder a un hijo. El sábado 2 de abril, Hugo Carbajal asistió a una fiesta con sus amigos a un salón de eventos llamado “Imperio”, en Jilotzingo, Estado de México;  donde se registró el incidente en el que un guardia lesionó al menor con un objeto punzocortante, provocando su muerte. A razón de ese dolor que no dejamos de reconocer, Hugo Carbajal y Maureen Amaro, padres de la víctima, exigieron que  el asesino fuera detenido y para lo cual impunemente cerraron el Periférico Norte en la zona de Satélite, el cual estuvo colapsado por   14 horas, para que después,  la vialidad se fuera caprichosamente liberando en algunos carriles pero con la permanente   amenaza del nuevo bloqueo, si no acudía al lugar de manera personal el Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo III al cual en principio los plantistas  le llamaron “corrupto” y después de la detención del posible asesino de la causa demandada, los propios señaladores, le llenaron de flores. Maureen Amparo Fernández, llegó a señalar que el destrozo a la vialidad lo hacía a nombre de México, también pidió la intervención del ejército mexicano y del propio Presidente de la República en una situación que solamente competía al gobierno municipal. Mientras tanto se puso en riesgo a ciudadanos mexiquenses, transeúntes y automovilistas que llegaron a la desesperación, hasta enfrentar a los manifestantes a lo que los familiares del asesinado, los señalaron como grupos de choque y no como ciudadanos desesperados por la violación a su derecho primordial de tránsito.  Por su parte las cadenas de televisión y de radio cubrían el plantón sin reprocharlo, sino por el contrario con coberturas especiales y sin críticas en su contra como se hacía en los reclamos y plantones campesinos del pasado o de otras injusticias. Ante esta situación, autoridades de primer nivel del Estado de México, excepto el gobernador, llegaron  al lugar, pero no para poner orden y habilitar la vialidad sino para arrodillarse, literalmente, arrodillarse ante los manifestantes que presumían ser institucionales y respetuosos de las leyes, y casi casi, liberadores sociales del pueblo mexicano, cuando miles de ciudadanos mexicanos sufrían una violación general  en su circulación vial por una situación personal en cuanto a los métodosque debían emplearse. El asunto llegó hasta el escritorio del propio Presidente que antes que la FGEDOMEX ya informaba de la identificación del presunto asesino y más tarde con una deferencia extraordinaria, el propio Fiscal del EDOMEX se comunicó vía telefónica  con los padres de Hugo, que se encontraban obstaculizando el periférico en ese momento ya de manera parcial, para señalarles que ya se había detenido al presunto homicida de su hijo, quien curiosamente, se entregó  a plena voluntad. Fue entonces que el subsecretario de gobierno del Estado de México, Ricardo de la Cruz, se limpió la parte que cubren las rodillas de su pantalón después de haberse hincado, ante lo que era conveniente llamar derecho a manifestarse y no derecho de tránsito, y que también  resultaba conveniente llamar sensibilidad de gobierno y no manoteo de influyentismo, en hechos que podrían ser motivo de todo un análisis profundo que podría llevarnos  a la realidad  de la debilidad y atraso del Estado mexicano, y la distorsión de valores,el orogen de la mal encausada  participación ciudadana, de  la  intervención mediática,   y la inadecuada  acción de la función pública y  la corrupción.