Ni ser prófugo de la justicia como otros, ni ser parte de un proyecto del
empresariado corrupto en complicidad con el sindicalismo, el gobierno y los
medios de comunicación, son los pecados que se le pueden adjudicar a Andrés
Manuel López Obrador, actual Presidente de México, y el funcionario público más
popular, y el político más votado de todos los tiempos en la historia de México.
Sin embargo existen errores o pecados políticos que López Obrador ha cometido
como cualquiera que ejerce una actividad, y que no son la toma de pozos
petroleros, su alianza con el gobierno ruso y venezolano, la eliminación de la
atención médica para los niños de cáncer y la destrucción del supuestamente brillante y
eficaz Seguro Popular, o su intención de llevar a México al “comunismo”
y otras acusaciones falsas, para quien a lo largo de su trayectoria política ha
sido vigilado legal e ilegalmete por su grupo y compañeros de lucha, por sus partidos, por la
iniciativa privada, por los gobiernos en turno y por todos los poderes del Estado, sin poder presentar el vídeo deseado por sus adversarios y detractores, en donde
“El Peje” se está atascando de corrupción. Esos no han sido errores del lópezobradorismo, sin embargo, López Obrador tiene
cinco errores históricos que de la siguiente manera se señalan:
Otro error de Andrés Manuel, es no haber cumplido su palabra de no contender
para la Presidencia de la República para el 2006 y en donde terminó si haciéndolo.
La pifia consistió en que se anticipó a “darse por muerto” con el fin de disminuir el ataque brutal que
Vicente Fox como Presidente de la República ejercía sobre la hoy Ciudad de
México, que avanzaba estructuralmente a diferencia de otras entidades
federativas cuando López era el jefe de Gobierno. Quizá la motivación que
hizo que López determinara lanzarse a la Presidencia de la República, fue detectar
que el candidato de la oposición que seguramente sería Cuauhtémoc Cárdenas, ya
estaba vencido moralmente y en la intención de voto, por lo que se vislumbraba la llegada de un gobierno pripanista más autoritario al que lo desaforó como jefe de Gobierno y sin
motivo.
Cuando López Obrador gana las elecciones presidenciales en
el 2006 y se comete el fraude electoral para
nombrar Presidente a Felipe Calderón; Andrés Manuel López Obrador vuelve
a cometer otro error, ya que en la acción de resistencia en contra del órgano
operativo del fraude electoral, que fue el INE en ese entonces denominado
IFE, y bajo el plan político de movilización del PRD, partido
que posteriormente apoyó para la candidatura a la presidencia del 2018 a
Ricardo Anaya Cortés, y cuya acción consistió en realizar un plantón en la avenida
más importante de México, que es Paseo de la Reforma, fue que el exceso no consistió en
cerrar dicha avenida para evitar un
estallido social que ahora la historia
nos ha dado de ejemplo los conflictos de la misma naturaleza que han ocurrido en América
Latina, sino que ante la protesta masiva justificada, malamente se acompañó la
colocación de una banda presidencial juarísta en el pecho de López Obrador,
aunque después se haya colgado la banda
presidencial oficial, doce años después. Sin embargo al colgarse la cinta
representativa, fue como se calmó y se
terminó con las crisis de protestas, que por otro lado, con este tratamiento, fueron cien por ciento pacíficas y sin dañar avenidas
o negocios como las que ahora se realizan
y se justifican por la esfera empresarial que no protesta sobre los ataques de vandalismo de grupos femeninos que se pasean mucho más horas
por Paseo de la Reforma y el centro Histórico, que aquel plantón de
calma-furias del 2006, y en donde en estas manifestaciones sí existen actos
delicados de violencia. Sin embargo,para muchos el plantón en reforma era suficiente para calmar la furia ciudadana, y colgarse la banda juarísta ya fue un exceso.
Otro error llega, cuando López Obrador se lanza como Candidato por segunda
ocasión para la Presidencia de la República, y acepta en su fórmula de coalición, tener como candidato a la par,
para jefe de gobierno de la hoy CDMX, a
Miguel Ángel Mancera Espinoza, un político peligroso que hoy ocupa un curul en
el Senado de la República y que ha sido el gobernante capitalino más saqueador
y corrupto para la metrópoli, incluso superando a los regentes priístas, y que de no ser compañero de Fórmula de López
Obrador, seguramente Mancera hubiera tenido mayores problemas para ganar su
candidatura y no hubiera tenido el récord de votos obtenidos en la capital del
país para ser Jefe de Gobierno.
Ahora como Presidente de la República, López Obrador no ha logrado regresar al ejército a sus cuarteles ni disminuir la violencia que corre por todo México. Aunque creó la Guardia Nacional y con ello, en parte si bajó la actividad militar, ésta no ha desaparecido aunque si se ha legalizado, y se corrigió la aberración cuando al ser ocupadas las fuerzas armadas por Calderón y Peña, las orilló a dichas instituciones a la ilegalidad y hasta al delito, por lo que se tuvieron que realizar ajustes constitucionales. Sin embargo el propio Presidente que ha encabezado una revolución en cuanto a la figura presidencial y una enorme evolución en la vida pública del país, ha señalado -que aún con un México vacunado eficazmente, con un México sin mayor deuda, con un México en recuperación de sus programas sociales que es la esencia y justificante de un Estado, y la recuperación recursos públicos y naturales, por lo que México ya autosuficiente en la producción de engrudo, y con una estabilidad en impuestos y aumentos de energéticos, así como en su moneda, y otras bendiciones-, independientemente de todo éso, ha sido determinante en decir “que de no controlar la violencia en México; no se habrá dado la Cuarta transformación del país”.
Aquí los errores o pecados de un político que parecía su figura política se engrandecería aún más, no siendo presidente que siéndolo, bajo el amparo “de lo que pudo haber sido y no fue”, pero que sin embargo, aceptó el reto de la Presidencia para cumplir una por una sus promesas de campaña y lo que predicaba en su proyecto de país cuando recorría todos los rincones del territorio mexicano, y que hoy tiene todavía en sus manos, un sexenio presidencial que aún no ha concluido. Más en www.somoselespectador.blogspot.com