sábado, 9 de abril de 2022

PARA NO BOTAR EL VOTO

 


















La resistencia antiprogresista ha pisado fondo, y está moralmente derrotada, y muestra de ello, es la promoción del NO voto, en la consulta ciudadana de la revocación del mandato, que precisamente fue constituida por obtener la mayoría de las peticiones de los ciudadanos para su realización. La herramienta más primitiva de una democracia es el voto, y la acción de resistencia más torpe y manipulada es el antivoto. En un país democrático en donde esta figura de simplemente tachar una boleta, en el fondo es la búsqueda de la consolidación de un Estado democrático y el bienestar de su población,  en donde el sufragio resulta para  una sociedad de avanzada,  solamente la cereza en el pastel, de diferentes acciones cívicas que consolidan la voluntad de las mayorías y el respeto de las minorías, y ambas en plena acción, participación y vigilancia política de manera permanente. En México, el respeto al voto ha sido una batalla constante que no se ha consolidado ni siquiera en la revolución electorera del 2018 ni en las elecciones del voto de castigo del 2000. La mujer mexicana por primera vez votó en Julio de 1955 para después vivir la dictadura presidencial de los sesentas y setentas, la elección dictatorial con un solo candidato a la Presidencia de  México en 1976,   los fraudes de 1988 y del 2006 y la declive  electoral del 2012. Apenas en 1992 se expidió la primera credencial con fotografía,  y después se incluyo a los ciudadanos a formar parte de una casilla, y  asistir  a un campo de batalla, en  donde el INE y luego el IFE servirían como la hoguera para lo que había sido en toda la tarde de las votaciones,  su esfuerzo participativo. Ahora que los ciudadanos lograron las peticiones suficientes para ejercer por primera vez una votación para revocación del mandato del ejecutivo federal, cuyo ejercicio democrático solamente  lo tienen países de alto nivel político y que en nuestro país a lo máximo que se aspiraba, es que tal situación se pudiera contemplar en la Constitución aunque fuera "letra muerta", es que aparece el retrogradismo antilópezobradorista, que utiliza todos los medios para abortar el ejercicio del voto extraorinario basado en la consulta popular, que podría reflejar el 66 por ciento de aprobación  que tiene el Presidente  Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador,  a la mitad de mandato, y en donde no nos debe de extrañar,  que  ante la desesperación de los resistentes,  mañana 10 de abril que se desarrolle esta elección sin precedentes para nuestro país, también asistan quienes dicen no se vote, aquellos  que están indecisos y en espera del instructivo de la vocería televisiva que los oriente, y también  aquellos otros que casi a la última hora, querrán vivir la experiencia de acudir a una casilla y saber que se siente votar con el desequilibrio emocional de haber vivido tanto tiempo en la acción del fraude. Ante la rabia que invade a insustacialistas,  por otra parte, para muchos ciudadanos será una determinación cívica real, el acudir a la votación revocatoria de quien no quieren revocar pero que quieren  marcar un precedente importante, en caso  de necesitarse este recurso  y  de igual manera poder externar su calificación en  el desempeño y  cumplimiento o no,  de la opción de gobierno por la que se votó. La revocación del mandato que se efectuará en las próximas horas, no deberá ser  "una fiesta de la democracia" como acostumbran denominar las cosas los comentaristas de la fanfarronería, sino debe ser la ejecución activa en contra de las acciones y tentaciones del  autoritarismo en sus diferentes modalidades y el autoestima para quien es un ciudadano pensante. Más en www.somoselespectador.blogspot.com