Congruencia y convicciones es lo que hacen de Andrés Manuel López Obrador, el mejor hombre del México contemporáneo como Presidente del país. La evolución política, humana, profesional e histórica del ciudadano de 69 años de edad es resultado de un cumulo de vivencias, análisis, error-acierto y firmezas intelectuales y humanas que en cambio no tiene el pueblo de México por haber estado sometido desde la esclavitud, pasando por el control educativo y mediático, hasta el destrozo cultural, espiritual y el dominio direccionado. Y es que la capacidad se desarrolla con la experiencia, y es apenas en este siglo XXI que la nación mexicana comienza adquirir vida democrática al contar con un Presidente legitimamente electo, que se conduce con los principios básicos de la ética y de la autocomposición del gobierno como parte del Estado, en que su conducta emana de la voluntad de la mayoría ciudadana y de las acciones elementales patriotas y de buen gobierno. Filosofía, proyecto de nación pero también reacción cortoplazista, hacen una importante ilustración para un pueblo que con estas nuevas experiencias vivenciales, pueda confrontar diferencias y conceptos. Aquellos debates y discursos políticos espectaculares, sin comprometer temas de fondo, hipócritamente equilibrados y de buenos modales para el oído, con juego de imagen, propuestas demagógicas y engaño, para lo cual fueron creados los debates en las candidaturas presidenciales al estilo Talk show con dedicación a quienes los consideran más atractivos que los discursos verdaderos, inteligentes y de propuestas serias, ahora pueden tener otro mensaje ante un pueblo que vivencialmente va madurando con golpes de la vida, como la tragedia del no voto a favor de la Reforma Eléctrica, que ha despertado un examen de conciencia para quienes en su cegada afiliación, nunca pensaron que el PRI, PAN y PRD tuvieran tal extrema desvergüenza de contraponerse a la recuperación de la nación de sus bienes . Los 275 votos a favor no pudieron contra 223 en contra, lo que hubiera podido provocar un suicido para Pitágoras ante la consecuencia negativa consumada entre el más y el menos, gracias al invento de la mayoría cualificada que atropella a la mayoría simple o absoluta en las reglas legislativas, así como los representantes plurinominales como sustento a una representación proporcional que no sirvió de nada para evitar el freno de este saqueo nacional ante la votación de la Reforma Eléctrica. Entonces, ¿qué se debe hacer?. Lo óptimo no es quitar a los plurinominales, en todo caso reducirlos para favorecer a los electos, tampoco sería adecuado eliminar la mayoría cualificada, como tampoco resultaría benéfico establecer la reelección presidencial por el hecho de que México en estos momentos tiene un excelente mandatario. Realmente la solución y la verdadera razón del problema es más profunda que el escenario inmediato, y radica en la conciencia del voto ciudadano, que debe pesar más que los ataques desinformativos, los debates actuados, la guerra sucia o el enamoramiento mentiroso que s eaprovecha de la ignorancia ciudadana. El voto ciudadano debe retomar su valor real, al ser dirigido en favor del mejor proyecto político antes que ser entregado a un candidato o a un partido. Por eso, las declaraciones del Presidente López Obrador en
su conferencia de Prensa, posterior a la negativa de legisladores
retrogradistas que impidieron la aprobación de
su Reforma Eléctrica, resultan una exposición clara del pensamiento
político elevado, que contrasta con quienes celebraron de manera patética
su aparente triunfo, lejos del pensamiento filosófico de alzada que apunta que
a veces se gana perdiendo. Y así como por primera vez se le niega a a un
Presidente de la República una iniciativa de ley en discusión, de la
misma manera, por primera vez un Titular del Ejecutivo Federal expone de la
siguiente manera, lo que representa el crecimiento político colectivo y que puede
desembocar en el punto del inicio de una revolución ideológica. El Presidente López Obrador
dijo: “Así fue: 275 contra 223. A pesar de que fueron más votos, sin embargo,
se trata de una reforma constitucional y se requieren dos terceras partes. Pero
275, miren, de mi parte, porque aguantaron de todo.-Y en cuanto a la reforma
constitucional, lo de ayer también demuestra cómo una cosa es la cúpula y otra
cosa es el pueblo, para no confundirnos-.Por eso es importante, necesaria la
democracia participativa, porque lo que vimos ayer es un acto de la democracia
representativa, diputados que son electos para representar al pueblo. Por eso
hay que tener mucho cuidado a la hora de votar.Y se vota por tres cosas, no
olvidarlo: se vota por el candidato, se vota por el partido y se vota por el
programa, y en un proceso de transformación lo más importante es el programa,
más que el candidato y más que el partido, lo que vimos ayer.¿Qué es lo que
estaba en el fondo? El programa.Todo esto es enseñanza hacia adelante.A ver,
‘es que el candidato está guapo’, ‘es que el candidato habla bien’, ‘es que
siempre he votado por este partido’ o ‘tengo amigos en este partido’. Sí, sí,
sí, todo eso cuenta, pero ¿y cuál es la propuesta?Desde luego, haciendo a un
lado la demagogia, que eso se puede lograr, eso ayuda mucho, hay… estoy seguro
que mucha gente del PRI de abajo, ciudadanos, estuvieron en contra de lo que
hicieron los diputados; quizás del PAN menos, pero también a algunos no les
gustó; del PRI no tengo duda, y del Movimiento Ciudadano también, porque los
del Movimiento Ciudadano son menos dogmáticos, son más pragmáticos.Entonces, si
vemos, si se hace una encuesta, yo creo que como el 80 por ciento de los
mexicanos están a favor de que la industria eléctrica esté en manos de la
nación, el 80, y, sin embargo, no se aprobó la reforma.Por eso hay que seguir
adelante, adelante, adelante, seguir luchando. Así es esto, es un proceso. Ya
tienen, los que vienen detrás de nosotros, ya tienen tarea: a seguir, a seguir”.
Y concluyó respecto a esta idea: “Cuando empezamos hablábamos de dos proyectos
distintos y contrapuestos de nación, y costaba mucho trabajo describirlos, pero
ahora nos ayudan, nos están ayudando con estos actos, porque son momentos de
definición y esto ayuda. Y a ver qué van a decir los ciudadanos, qué va a decir
el pueblo, que es el soberano, a ver cómo les va a ir cuando vengan nuevas
elecciones, ese es el juicio de la historia y, como dice la canción, ya el
corrido lo dirá, no va a pasar mucho tiempo, ya vamos a saber”. Más en www.somoselespectador.blogspot.com