ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-El panorama de la salud pública en México desde antes de la pandemia se había declarado saqueda, sin personal médico y con clínicas fantasmas, sin embargo las determinaciones de gobierno que han sido tan criticadas han resultado las adecuadas y el tiempo ha puesto a cada quien en su lugar.. Desde la compra de vacunas sin importar los perjuicios políticos y económicos, hasta su manera de distribución con pleno control del estado sin involucrar a particulares y la manera ordenada de su aplicación, han sido acciones fundamentales para lograr cubrir con vacunas al ochenta por ciento de los mexicanos, un objetivo que nació entre burlas al haberse sometido a una promesa pública y que hoy es una realidad en su primera dosis, se va concretando en su segunda dosis y antes de cumplir el segundo objetivo, México se está aplicando en su tercera dosis. La adquisición de vacunas anticovid para 127 millones de habitantes tampoco fue motivo de endeudamiento y la crisis epidemiológica mundial tampoco trajo como consecuencia, toques de queda, suspensión de garantías, asaltos a centros comerciales y a farmacéuticos, ni el deseado golpe de Estado que saboreaban los antiprogresistas, en contra del gobierno democrático de López Obrador. Ante una política de saqueo heredada en los últimos sexenios, así como el incremento en la esperanza de vida con enfermedades como acompañantes y la emergencia sanitaria que vivimos durante más de dos años con la llegada del coronavirus , es que el sector salud mexicano ha logrado evitar la total parálisis de un sistema colapsado, ante un buen uso del presupuesto y la detención al saqueo, por lo que el gobierno federal comenzó por eliminar a las mafias que distribuían medicamentos y que trataron de desprestigiar la acción emergente con movilizaciones que al final resultaron infructuosas para el golpeteo. Ahora la estrategia del gobierno mexicano ya no es la detención de la actividad del país a falta de vacunas sino la distribución de la dosis para evitar menores internamientos y fallecimientos, y una vez reducidos los contagios de COVID, vendrá lo peor para nuestro sistema de salud mexicano, que será atender los daños colaterales o secundarios que dejará esta terrible pandemia, independientemente de la no desaparición total del COVID19.Más en www.somoselespectador.blogspot.com