El
gobierno de Australia que ha tenido problemas comerciales con Serbia, determinó
expulsar al tenista serbio Novak Djovic
quien aspiraba defender su titulo del abierto de Australia en que es el actual
campeón y que ha ganado nueve veces y buscaba convertirse en el primer tenista en sumar 21 Grand Slams en la historia del
tenis, toda vez que el deportista aunque
se encontraba sano y libre de COVID19 no
quiso aplicarse la vacuna contra esta enfermedad cuya aplicación es obligatoria
en Australia, sin embargo independientemente del debate sobre las libertades de
pensamiento y acción, de que tanto se debe respetar el derecho individual sobre
el colectivo y de los problemas políticos y
deportivos que al asunto embargan, es un hecho que el gobierno de Australia
quedó en ridículo ante el mundo y ante quienes consideran a la isla como
ejemplo de vida desarrollada y económica a diferencia de otras islas-estado
como Cuba, cuando Australia no tiene ningún embargo comercial, pero el caso es
que el gobierno de Australia quedó en ridículo, ya que si consideraba que en su
territorio las leyes son inviolables así
como sus disposiciones sanitarias, entonces no tuvo que dejar al tenista serbio
cruzar sus fronteras sí no se encontraba vacunado, y mucho menos mantenerlo cual prisionero
en una habitación de hotel por once días para después rechazar su participación en el
Torneo tenístico y con ello, dejar un mal
antecedente disciplinario deportivo, judicial y diplomático por la forma de
atender el asunto, mientras que el tenista ha dividido opiniones por su
conducta, en donde para algunos es valiente a sus convicciones y para otros imprudente e
indisciplinado por su oposición a
vacunarse contra el COVID19. Las dudas de que las determinaciones de Australia
fueron políticas y no deportivistas ni sanitarias, surgieron
en el encuentro del abierto de Australia donde participó el tenista de la localidad, mismo que al final del
encuentro festejó cerca de la tribuna con
aficionados autralianos, mismos que se sacaron fotos con el tenista y lo
abrazaron sin que ni los aficionados ni el deportista hayan portado cubrebocas, en donde incluso se
aprecia como uno de los admiradores desde las primeras gradas, le ofrece una bebida al
tenista, mismo que accede a beber, mientras que antes de dicho contacto de aficionados con el tenista, las
autoridades sacaron del estadio, a otros aficionados que acudieron sin cubrebocas para mostrar su inconformidad contra las
autoridades australianas por la expulsión a Djovic. Con dimes y diretes, el torneo australiano
comenzó sin su estrella principal quien llegará a su país y está amenazado de no poder participar en otros torneos si no se vacuna Más
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