Oribe Peralta, una de las últimas figuras del futbol
mexicano, tomó la decisión de colgar los botínes después de casi 20 años como
jugador profesional, donde conquistó varios trofeos, entre ellos, el más
destacado, la medalla de oro con la Selección Mexicana en los Juegos Olímpicos
de Londres 2012. “19 años de portar la casaca de profesional, más toda una vida
de entrega y devoción. Esta es mi manera de despedirme y sobre todo de
agradecerles a ustedes, mi afición, y a cada una de las personas que hicieron
posible este sueño. ¡Valen Oro!”,lo señaló el futbolista en un comunicado. Peralta
Morones, que nació en Torreón Coahuila, festeja su cumpleños número 38 con una
noticia no tan grata para él y mucho menos para sus fans, pues al tomar dicha
decisión, nos deja un hueco importante en el tapete verde. Con tan solo 13
años, Oribe fue a buscar la oportunidad dentro de su barrio con el equipo de
Los Vagos, donde tiempo después y gracias a sus cualidades en el tapete verde,
ya en preparatoria, se le abrieron las puertas con el club La Partida para
jugar contra otros municipios.El CESIFUT (Centro de Sinergia Futbolista) le dio
la bienvenida, pero con poco tiempo dentro del complejo se fracturó la tibia y
peroné, cuestión que lo alejó durante casi un año de las canchas. Después tuvo
la oportunidad de ser visto por el director técnico Oscar Ruggeri, quien lo
llevó a Guadalajara para probarse, aunque no tuvo suerte. Monarcas, Morelia,
para el 2003, le dio la oportunidad de defender sus colores y debutar como
jugador profesional en la Liga MX, nada más y nada menos que contra el América.
Un año después, León lo fichó hasta el 2004, cuando Monterrey se fijó en él y
le dio una oferta, nada despreciable, al cuadro felino. Tal parece que el
destino quería que jugara con el ‘Rebaño Sagrado’, sí o sí, pues fue en el 2005
cuando los tapatíos negociaron su participación con Rayados para ser parte de
la plantilla que apostaría por el campeonato internacional de la Copa
Libertadores. Un año después, su primera etapa como elemento de Santos comenzó
a escribirse, pues fue con los laguneros cuando su nivel futbolístico amenazó
para convertirse en uno de los próximos ídolos de la redonda azteca.Para el
2009, los ya extintos Jaguares de Chiapas le ofrecieron ingresar a sus filas,
siendo parte fundamental de la escuadra que en esos momentos era una de las
llamadas sorpresas dentro del campeonato local, pues peleaba los primeros
puestos de la tabla general. La segunda y no menos importante oportunidad llegó
desde Torreón, pues un entonces decaído club necesitaba de un goleador que le
diera oportunidad de sobresalir, situación que logró al dejar en el banco a
Matías Vuoso, quien en esos momentos era uno de los preferidos del público
lagunero.Su constancia y profesionalismo le dio con el tiempo la titularidad
indiscutible y eso provocó que en la capital, el equipo más ganador de la Liga
MX, América, se fijara en él y comenzara una de sus mejores etapas como
profesional. El destino le había marcado y dejado claro que con las Chivas no
logaría hacer nada importante dentro del futbol, pero en la capital, las
Águilas, harían que se enamorara de su historia, donde con poco tiempo se
convirtió en uno de los futbolistas más queridos y vanagloriados del club.El 13
de mayo del 2014 el conjunto azulcrema anunció su llegada, luego de negociar a
la figura por 10 millones de dólares, suma nada despreciable para un equipo
como Santos que, con el correr del tiempo, ha sabido ser la ‘minita de oro’ del
club azulcrema, pues varios elementos que llegan a Coapa cuentan con etiqueta
verdiblanca.En su primera campaña con el América tuvo la oportunidad de
consagrarse dentro del torneo Apertura 2014; sin dejar de lado los nueve goles
que consiguió para ayudar a levantar el tan cotizado trofeo. Cuatro años
después y tras consagrarse en las filas de la institución, la noche mágina e
inolvidable del 16 de diciembre de 2018 frente al Cruz Azul nunca se borrará de
su mente, pues fue cuando levantó, de la mano del entonces portero Moisés
Muñoz, el campeonato más llamativo de los últimos años en la redonda azteca. Sin
lugar a dudas el llamado al combinado azteca es uno de los mayores premios que
cualquier jugador pueda llegar a tener, pues el representar a tu país en
diversos campeonatos internacionales no es nada fácil y, mucho menos, cuando
existe competencia.Con el combinado tricolor, Oribe Peralta tuvo la oportunidad
de conseguir un total de cuatro títulos: Juegos Panamericanos 2011, Juegos
Olímpicos 2012, Copa Oro 2015 y Copa Concacaf 2015.Esto nos refleja un número
nada despreciable con el tricolor que, desde el 2011 que fue llamado por
primera vez hasta su última participación en el 2018, el ‘cepillo’ registra 88
juegos defendiendo los colores de México y, un total, de 36 goles. La última
oportunidad como jugador profesional se dio con Chivas, club que lo tuvo en dos
partes de sus etapas pero nunca lo aprovecharon, por lo que al final, le
brindaron un contrato que fue escandaloso, debido a que llegaba del América
depués de no recuperar su nivel tras varias lesiones.Con el conjunto tapatío
únicamente consiguió dos goles en sus últimos días como profesional: frente a
Correcaminos en la Copa MX y ante el San Luis Potosí (de penal) en la Liga MX. Oribe
Peralta tuvo la oportunidad de ser convocado para disputar en dos Copas del
Mundo: Brasil 2014 y Rusia 2018. Fte FINANC Más en www.somoselespectador.blogspot.com