México es de los países que han respetado los derechos democráticos elementales y ni ha suspendido
las contiendas electorales ni ha ordenado el toque de queda por parte de la
autoridad sanitaria federal, aunque algunos de los gobernadores han realizado
medidas de esta naturaleza. Y es que con
el pretexto del coronavirus, los gobernantes carentes de legitimidad en su gobierno, han implantado temor entre la población para
callarla, independientemente del grave problema sanitario, en donde Chile
destaca como claro ejemplo. Así como para
el mundo, por medio del disimulo,
el gobierno presidencialista mexicano, era un gobierno no dictatorial por
efectuar elecciones cada seis años
aunque internamente ya era sabido que siempre
ganaría el PRI o el PAN al servicio del PRI con sendos fraudes
electorales; de igual manera en Chile,
aparentando que existe un gobierno postdictatorial, el congreso no ha realizado reformas
estructurales a fondo que impida el abuso del mandatario en turno, quien a
nombre del derrocamiento pinochetiano,
se vuelve un ordenador discrecional y no un ordenatario al servicio del pueblo
y de sus necesidades, pero sobretodo, defendiendo un modelo económico casi
idéntico al que mantenían los intereses de Pinochet; razón por la cual, el pueblo chileno había
determinado revelarse para una estructura constitucional hasta antes de esta
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