En la conferencia de prensa de ayer, en donde el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, evadió de una manera grotesca, las preguntas que se le realizaron por parte de los periodistas;es que nació la interrogante reflexiva de ¿Cómo nunca se debe contestar? en vez de la pregunta clásica de ¿qué es lo que nunca se debe preguntar ?. Las dos contestaciones siempre las he tenido claras y parten del principio de que no existen preguntas tontas, lo que existen son respuestas tontas. Es claro que una pregunta que no va en contra de la moral ni de la ley, siempre será válida, por lo que sin violar estos impedimentos, un periodista puede preguntar lo que quiera, y no debe existir ni interrogantes a modo del absolvente ni imposiciones que limiten el ejercicio informativo y de investigación. Sin embargo, por otra parte el interrogado no puede censurar ninguna pregunta pero sí tiene el pleno derecho a contestar únicamente lo que quiera contestar, pero no a desviar el mensaje con respuestas absurdas, con falsedades y con cobardes evasivas. El simple hecho de decir: no, será suficiente para aquellos que no quieran responder una interrogante, pero tal negativa que es una expresión libre del entrevistado, resulta una irresponsabilidad cuando se trata de un funcionario público que debe responder a situaciones de su actividad pública e incluso de su actividad privada cuando ha trastocado el ejercicio de sus funciones. Nos queda muy claro, que no hay preguntas que un periodista no deba hacer y que hay muchas respuestas, que funcionarios no quieren o no les conviene contestar, y que con la misma valentía que se pregunta, también se debe respetar la respuesta y será el informado quien tenga la última palabra de la ejecución de una entrevista y de sus cuestionarios. Más en www.somoselespectador.blogspot.com
