Para los apostadores y encuestistas, la partida ya esta cerrada, los dos dígitos y la aprobación por arriba del cincuenta por ciento, dan por ganador a Andrés Manuel López Obrador para ocupar la silla de Presidente de la República de la nación mexicana. El agitado panorama
político internacional y el abuso de
poder y de corrupción, han fortalecido el mensaje político de Andrés Manuel
López Obrador, quien aún siendo perseguido por la fuerza del
Estado no tiene indicios de raterismo
por lo que ahora, su inversión política lo
coloca como líder en solitario de
las encuestas para la presidencia y buscado por los círculos rojos que lo evadían. Lo único que podría detener al líder del movimiento morenista es su eliminación física o una tragedia del miedo como la ocurrida en Francia el año pasado, con el atentado terrorista en Campos Elíseos de París que logró elevar la tensión y el ausentismo en las urnas. Sin embargo la madrugada del dos de julio en México, ya podrá encontrarse junto con el amanecer de una propuesta neoliberalista controlada o con el más grande fraude electoral que se haya tenido memoria en la historia de México, y vaya que existe toda una lista de interrupciones a la cardinal democracia mexicana.