A un mes de que los
mexicanos elijan Presidente de la República,
sus preferencias apuntan a un 51 por ciento de preferencia en favor de López Obrador, una casi anulación
de voto en favor de Jaime Rodríguez “El Bronco”, y un rezago importante por
parte del priísta Pepe Meade, lo que se convierte en una lucha presidencial
solamente entre dos candidatos , Anaya y López Obrador. Sin embargo el candidato perrepanista con su por ciento actual no le alcanzaría ni
para una segunda vuelta en caso de que está estuviera contemplada en la
legislación electoral mexicana. Para muchos
de no ganar López la Presidencia estaríamos en presencia de un Fraude electoral
mayor al ocurrido en el 2006. Sin embargo no es
la primera vez que las encuestas no sirven para nada respecto a los resultados reales o
impuestos. A unas horas de cerrar contiendas electorales en los Estados Unidos
se señalaba a Clinton como la ganadora y fue Trump quien obtuvo la presidencia.
En el 2006, López Obrador aumentaba sus preferencias y en un bimestre Calderón
lo igualó y le ganó por un supuesto casi empate técnico. En las pasadas elecciones
presidenciales en México, el priísta Peña Nieto era dibujado como un tren bala
imparable y al final de la contienda se
concluyó que solamente estaba lejano de
López Obrador por 7 puntos. Sin embargo
en la contienda actual, hay cifras que señalan a López Obrador con el 51
por ciento de ganancia, situación que son palabras mayores a los antecedentes
antes recordados. Ricardo Anaya por su parte, parece casi vencer a su cercano competidor Meade, pero
desesperadamente contempla a todo galope al
candidato de izquierda a quien solamente espera acercarse a él, mediante
la calumnia y al ataque a este puntero o esperar algún escándalo, guerra sucia
o fraude empresarial y de Estado.