El tiempo se agota para hacer explotar y hacer pedazos, la preferencia que tiene Andrés Manuel López Obrador para ocupar la Presidencia de la República, al rebasar cifras hasta del cincuenta por ciento por parte de los electores potenciales. Lo que resultaba funcional, al señalarlo como un peligro para México parece ya no serlo. Los supuestos ataques de pripanistas en contra de Anaya y que éste señale que López ya pactó con Peña, parece ser solamente una parte del rompecabezas de la bomba que deberá estallar durante o posteriormente, al debate de candidatos que sostengan esta noche y que tratará de evitar la carretera libre en la que parece transitar el candidato morenista hacía la silla del águila.