Meade no levantó, Anaya se derrumbó en el debate y El Bronco como cero a la izquierda solamente
sirvió para las bromas, con lo que Andrés Manuel López Obrador salió victorioso de la reunión de
presidenciables para encaminarse a la silla de mandatario. No estalló durante
el debate televisivo, la bomba que
pudiera terminar con él de manera mediática y solamente faltan dos semanas,
para que pueda estallar un escándalo
preparado o simplemente se preparen las
urnas para agotarse de votos obradoristas, incluso emitidos por aquellos que ahora lo niegan. Sin embargo los ciudadanos están incrédulos de
que se vaya a respetar su voto, porque las condiciones son diferentes de
aquellas elecciones convenidas para que el panismo por conducto de Vicente Fox
ocupara el lugar del indestructible y fraudulento PRI, en la residencia de Los
Pinos. A un par de semanas de las
elecciones ya se comienzan a percibir acciones
para propiciar el voto o no voto de manera ilegal y el fraude que está
arraigado a la historia votiva de México. La telenovela deberá terminar de
escribirse en pocos días con un último capítulo que narre la imposibilidad de sostener otro fraude por parte de la mano
influyente internacional o un nuevo
golpe a la democracia mexicana de la cual, se
presume de su existencia en una historia que ha sido de ciencia ficción cada
sexenio.