Los
fenómenos naturales se convierten en
tragedias cuando no se toman las
precauciones oportunas y necesarias para evitar que tales eventos pudieran causar muertes. Sin embargo para pensadores como el economista británico Thomas Malthus; los problemas sociales se deben a las fuerzas
naturales que deben ser estimuladas por actos humanos . Malthus
señalaba que la población del planeta crece más rápidamente de lo que se
desarrolla la producción de alimentos, y para equilibrar la situación la
naturaleza crea hambrunas y enfermedades
y los hombres o gobiernos apoyan
tal situación con guerras u omisiones. Tal
pensamiento práctico o perverso, no excluye a
los gobiernos actuales en el
mundo , quienes con cálculos económicos,
obtienen como resultado el contrasentido de que es benéfica una tragedia y el no evitarla
es menos costoso que evitarla, además de que las muertes producen nuevos
empleos, más productos sobrantes, crecimiento en la economía por la
reconstrucción de los bienes dañados y sobretodo se obtiene un sobrante en el presupuesto proporcionado y a la vez inyección al mismo, en beneficio de las arcas del gobierno y de la rapiña de
sus gobernantes. El gobierno Méxicano en diferentes ocasiones, ha sido intencionado en su lentitud para reaccionar ante una tragedia lo que ha causado miles de muertes y
damnificados, sobre todo en las zonas más pobres, como lo son Oaxaca, Guerrero y Chiapas, tal y como ocurrió
esta semana ante la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala cuya evacuación
de población resulto nula. Habrá fenómenos
naturales que no se pueden prevenir de
una manera tan evidente como un huracán o un volcán pero los programas gubernamentales de la
prevención y previsión son los que
hacen la diferencia entre un fenómeno natural y una tragedia. En México es sabido, desde hace años, que deberá presentarse una erupción del volcán Popocatépetl y sin embargo no se han tomado medidas de fondo al respecto, que no sean las alertas de los semáforos indicadores, cuando ha existido un tiempo prudente para hacerlo. Si bien es cierto que siempre existirá en las zonas de riesgo,
poblaciones arraigadas a abandonar sus
lugares en donde habitan de origen ,
también es cierto que la labor educativa, informativa, formativa y compensación
de renta deben ser manejadas con
eficacia para concientizar y cambiar las conductas de los habitantes arraigados que parece no importarles el problema, hasta que este ocurre. Sin embargo para gobiernos de países antídemocráticos y corruptos,
como México, las necesidades y las
tragedias son bienvenidas, ya que las mismas se convierten en desvío de
recursos y obtención votos, tal como
ocurrió en nuestro país, tras los sismos del año pasado. Ante una tragedia, los
mal gobiernos ocultan muertos y aumentan damnificados a su conveniencia y
ganancia