martes, 5 de junio de 2018

TRAGEDIA EN HUMO


















Los fenómenos  naturales se convierten en tragedias cuando no se toman  las precauciones oportunas y necesarias para evitar que tales eventos  pudieran causar muertes.  Sin embargo para pensadores  como el economista británico Thomas Malthus;  los problemas sociales se deben a las fuerzas naturales que deben ser estimuladas por actos humanos .  Malthus  señalaba que la población del planeta crece más rápidamente de lo que se desarrolla la producción de alimentos, y para equilibrar la situación la naturaleza crea hambrunas y  enfermedades y  los hombres o gobiernos   apoyan tal situación con guerras  u omisiones. Tal pensamiento práctico o perverso, no excluye a  los gobiernos actuales en  el mundo , quienes  con cálculos económicos, obtienen como resultado el contrasentido de  que es benéfica una tragedia y el no evitarla es menos costoso que evitarla, además de que las muertes producen nuevos empleos, más productos sobrantes, crecimiento en la economía por la reconstrucción de los bienes dañados y sobretodo  se obtiene un sobrante  en el presupuesto  proporcionado  y a la vez inyección al mismo, en beneficio  de las arcas del gobierno y de la rapiña de sus gobernantes. El gobierno Méxicano en diferentes ocasiones,  ha sido intencionado en su lentitud para reaccionar ante una tragedia lo que ha causado miles de muertes y damnificados, sobre todo en las zonas más pobres, como lo son   Oaxaca, Guerrero y Chiapas, tal y como ocurrió esta semana ante la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala cuya evacuación de población resulto nula. Habrá  fenómenos naturales que no se pueden prevenir  de una manera tan evidente como un huracán o un volcán  pero los programas gubernamentales de   la prevención y   previsión son los que hacen la diferencia entre un fenómeno natural y una tragedia.  En México es  sabido, desde hace años, que deberá presentarse una   erupción  del volcán Popocatépetl  y sin embargo no se han tomado medidas de fondo  al respecto,  que no sean las alertas de los semáforos indicadores,  cuando ha existido un tiempo prudente para hacerlo. Si bien es cierto que  siempre existirá en las zonas de riesgo, poblaciones arraigadas a abandonar  sus lugares  en donde habitan de origen , también es cierto que la labor educativa, informativa, formativa y compensación de renta  deben ser manejadas con eficacia para concientizar y cambiar las conductas de los habitantes arraigados  que parece no importarles el problema, hasta que este ocurre.  Sin embargo  para gobiernos de países antídemocráticos y corruptos, como México,  las necesidades y las tragedias son bienvenidas, ya que las mismas se convierten en desvío de recursos y  obtención votos, tal  como ocurrió en nuestro país, tras los sismos del año pasado. Ante una tragedia, los mal gobiernos ocultan muertos y aumentan damnificados a su conveniencia y ganancia