A diferencia de gobernadores mezquinos que desvían recursos de ayuda o se ponen chaleco verde para sacar provecho político en su supuesta ayuda a damnificados; Angélica Rivera cono representante del DIF y primera dama de México, ha cumplido una labor aplaudible en la recopilación y hasta trabajo pesado de empacado de víveres a favor de los damnificados del terremoto del pasado 7 de septiembre que afectó de gravedad a los Estados de Chiapas y Oaxaca. La actitud de la Primera Dama contrasta con la que adoptó la entonces primera Dama Paloma Cordero de la Madrid en el terremoto de 1985 y de su nefasto esposo, como Presidente burócrata en turno que terminó de empleado en el Fondo de Cultura Económica después de ser Presidente de la República.